La Cámara de Diputados aprobó, el proyecto Convivencia Escolar o Aula Segura, iniciativa del Gobierno que sufrió una serie de cambios, pero mantuvo la facultad de los directores de establecimientos a expulsar a quienes incurran en conductas violentas.
La pregunta para la discusión inmediata es ¿conocemos sobre las diversas formas de violencia que ocurren al interior de los establecimientos escolares?, no sólo entre los jóvenes, sino que de profesores hacia alumnos, de alumnos hacia profesores, de apoderados a profesores, etc.
Es necesario saber qué es lo que pasa en los establecimientos escolares, cuál es el nivel de violencia que existe, por qué se produce, y también educar la no violencia. La única forma de lograr aulas sin violencia o aulas seguras es educar a los niños y niñas en la no violencia y claramente no estamos haciendo bien esta tarea”.
“El nivel de violencia que tenemos en nuestra sociedad es el claro reflejo de la forma en que hacemos la educación en nuestro país. Todas las sociedades se reflejan en el sistema educativo que tienen, y nuestro sistema educativo debe contemplar ésta ardua tarea.
Con ansias añoramos, que se refuerce más que nunca, el concepto de una “Educación basada en valores y principios, que contemple el desarrollo integral del ser humano”, el cual hemos dejado de lado, por un momento, por la competencia personal, con pruebas estandarizadas-memoriales, que no han hecho otra cosa más que medir en contextos socioculturales diferentes, que añaden mas angustia al profesorado y a los estudiantes, restando tiempo importante a las situaciones de vida de nuestros estudiantes.
A ello se le suma, las altas exigencias del estilo de vida que llevamos en nuestra sociedad, del poco tiempo que tienen las madres, padres y apoderados para dedicarse al apoyo educativo y al estar con sus hijos e hijas y hacerse cargo de aquellos estudiantes que no cuentan con apoyo familiar.
También hacernos una autocrítica, ¿Cuál es el sistema Educativo que estamos replicando? ¿Cuál es el constructo social que queremos formar?
¿Será una educación basada en los derechos humanos, para asegurar a todos los niños una educación de calidad que respete y promueva su derecho a la dignidad y a un desarrollo óptimo?
Ahora bien, alcanzar ese objetivo es una tarea fundamental de todos los actores sociales, en la procura del desarrollo y la transformación social.
En esta fecha tan sentida, a vísperas de Navidad y año nuevo, la Secretaria Nacional de Educación, hace un llamado a mirarnos sobre lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, de fomentar el respeto, la valorización a la persona, al ser humano que vino a descubrir un mundo, para vivir en paz y armonía y con un sentido de felicidad en todo lo que pueda desarrollar. Para ello, proponemos como ideología, una “Educación como derecho humanitario, un concepto de una escuela feliz”, que atienda al sentido final del ser humano, a desarrollarse y ser feliz.
Mi derecho a aprender
Por Robert Prouty
No tengo que ganarme
El derecho a aprender.
Es mío
El derecho a ilustrarme
Y si por culpa
De leyes defectuosas
Y errores de diseño
Y porque en demasiados lugares
Todavía a demasiada gente no le importa,
Si por culpa de todo eso y de otras cosas
La puerta del aula
Con alguien capaz de enseñar
Aún está fuera de mi alcance,
Todavía no está a la vista,
Esos fallos mi derecho no anulan.
Así que aquí estoy.
Soy uno de ustedes
Y por la gracia de Dios
Y de ustedes hallaré mi lugar.
No nos conocemos aún,
Todavía no me conocen
Así que aún no saben
Que puedo darles mucho a cambio.
El futuro es como me llamo
Y lo único que reclamo
Es mi derecho aprender.
Secretaría Nacional de Educación PPD
Santiago, 20 de diciembre de 2018