Por Rodrigo González Torres
“La simbiosis e interacción entre transporte y ciudad que le otorgaron a Valparaíso características únicas en la fase temprana de la globalización”, ya no existen. Desde la “containerización” del puerto, “la unidad de ciudad y puerto se ha quebrado”.
A pesar de ello, la ciudad ha avanzado en los últimos años, gracias al esfuerzo perseverante de empresarios turísticos, de las universidades y de diversos actores por lograr la recuperación de barrios y fortalecer el emprendimiento. El Gobierno a través de créditos y apoyo para el mejoramiento en infraestructura ha colaborado. Lamentablemente el incendio reciente sepultó muchos de los avances logrados.
Estos progresos, la actividad cultural y el carácter patrimonial de la ciudad, así como la recuperación post-incendio realizada con tanto dolor y sacrificio , corren el riesgo de pulverizarse con la ejecución del proyecto más amenazante: El Terminal 2 del Puerto de Valparaíso, llamado también TCVAL.
Este megaproyecto, construirá un muro de contenedores de 5 pisos frente a toda el área del sector patrimonial de la ciudad. Estos, impedirán ver el mar y destruirán las cualidades visuales y paisajísticas únicas de la ciudad. La plataforma gigantesca de 17.8 Ha del nuevo muelle, las grúas gigantes, el ruido y el transporte continuo de camiones de gran tonelaje desnaturalizarán la calidad patrimonial. Se dañará gravemente el turismo, generando una depreciación del suelo y mutilando la recuperación urbana de los centros deteriorados de la ciudad. Debe agregarse a ello el impacto ambiental demoledor sobre el sistema ecológico de Laguna Verde, desde donde se extraerá la piedra y materiales para la construcción, con una circulación continua durante dos años de camiones de 40-50 toneladas cada cinco minutos por el camino que une a esa localidad con el centro de Valparaíso.
Este golpe brutal sobre el carácter patrimonial de la ciudad, sumado al Mall Barón y otras edificaciones que se emplazarán por todo el borde costero, afectarán gravemente la relación de la ciudad con el mar, y la incipiente diversificación de actividades turísticas, universitarias y culturales generadas en los últimos años, consolidando la ruptura de la relación única ciudad-puerto que impulsó el desarrollo de Valparaíso y le dio valor universal al sitio patrimonial. Asimismo disminuirán el impacto de todos los esfuerzos y sacrificios del proceso post-terremoto y post-incendio.
ICOMOS-UNESCO ha confirmado este análisis en su última Declaración de Florencia del 24 de noviembre de 2014 (Resolución 24). Pide ampliar la zona declarada patrimonial y señala explícitamente que los proyectos en curso , si no se modifican, son amenazantes respecto de la identidad de la ciudad y sus características urbanas y paisajísticas esenciales, que le valieron el otorgamiento de ciudad patrimonio , llamando perentoriamente a abrir cauces de participación efectiva.
Esta situación pone en peligro real la declaratoria de ciudad patrimonio de la humanidad, lograda con enorme esfuerzo y orgullo de todo el país durante el período presidencial de Ricardo Lagos Escobar.
Dresden, hermosa ciudad alemana, perdió su condición de ciudad patrimonial debido a la ejecución de un puente sobre el río Elba, que desnaturalizó los rasgos identitarios que dieron origen a su denominación.
Liverpool, se encuentra en lista roja debido a los rascacielos “Liverpool Waters”, situados fuera de su sitio patrimonial.
Mientras las organizaciones vivas comienzan a reaccionar, las autoridades deben tomar en serio la amenaza que se cierne sobre Valparaíso. Y comenzar a dialogar en serio, acogiendo las precisas y expresas recomendaciones de la Unesco. Hemos hecho presente este mensaje a los Ministros de Transporte, Vivienda y Cultura y presentado alternativas.
Hay soluciones y propuestas. En el caso del Terminal 2 , no se trata de terminar con la concesión, sino de modificar sustantivamente su diseño, concordando con la concesionaria los costos y plazos. Vale la pena no escatimar esfuerzos.
Reclamamos instalar el debate público y abrir instancias de diálogo a la brevedad. ¡Valparaíso está en peligro de verdad! Esto resulta especialmente importante en estos días, a fin de que esta realidad no se vuelva contradictoria con el momento en que se abren las puertas a la reforma descentralizadora más avanzada de la historia republicana, que continúa y profundiza los esfuerzos de distintas etapas históricas y que – estoy seguro – también quiere hacerse de verdad.