"Un progresismo sin mérito cae en el igualitarismo y en la mediocridad"

Pese a su experiencia en el tema educacional tras una serie de reformas implementadas entre 2000 y 2006, Bitar señala que no ha sido consultado por el ministro del ramo Nicolás Eyzaguirre (PPD) sobre la marcha de los actuales cambios.

Junto con hacer una autocrítica desde la Nueva Mayoría, le resta importancia a las diferencias que han surgido en el oficialismo respecto de los proyectos, pues cuando “sumas y restas unos cuantos años después de que ocurren las cosas, los resultados aritméticos son distintos; los cuestionamientos se disipan y las realizaciones se afianzan”, dice.

-Algunos dirigentes aseguran que ha faltado debate prelegislativo. ¿Qué opina?

-Es bueno ser autocrítico. Que el rumbo sea el correcto no quiere decir que la operacionalización de la acción sea óptima. Hubo aspectos que no funcionaron bien en 2014, roces, formas de comunicar que generaron dificultades innecesarias, en especial con padres y apoderados, y eso va a tomar tiempo (recomponer). En copago, lucro y en reforma tributaria, se dio un ritmo muy rápido y hubo un nivel de improvisación y falta de reflexión. Se podría haber logrado que la Cámara funcionara de modo más analítico que inmediatista. La Presidenta tuvo la intuición de enmendar el rumbo y eso jugó un papel importante en el Senado. La reforma laboral recogió de mejor forma las experiencias.

-¿En su autocrítica qué aspectos no funcionaron bien?

-Los partidos se han ido debilitando. Debilitamos la capacidad de incorporar gente nueva y valores, y se debilitó la capacidad programática de los partidos y la reflexión. Hay que corregirlo. En la ley de financiamiento el PPD va a presentar una indicación para que haya financiamiento no solo para los partidos sino que para las fundaciones de los partidos.

-¿Ve un déficit comunicacional?

-Sí. Hay varios momentos en que hubo cosas extrañas. Cuando una ministra que no se ha ido, recibe un comunicado que señala que lo que dice no representa al ministerio, es muy raro. La crítica de que la reforma tributaria golpeaba a las clases medias penetró o que los colegios se cerrarían penetró aunque tenían sustento frágil, y eso causó baja en la popularidad. No hay reforma sin baja en la popularidad; cuánto de esa baja es por la forma en que se hizo, es un debate abierto.

-El PPD ante las reformas aparece con posturas más radicales que el PS y la DC. ¿Cómo observa ese fenómeno?

-Ha tenido posturas más radicales en temas de la mujer, medio ambiente, en aborto terapéutico, pero el PPD es el partido más disciplinado de la coalición. No se verá nunca una votación en que el partido se divida o salga de la línea de gobierno. Falta capacidad de organizarse estratégicamente, ahora eso está empezando. Con el cambio del sistema binominal, como va a haber más actores, la posibilidad de hacer coaliciones cohesionadas va a ser menor y la gobernabilidad va a ser menos sólida de la que hemos tenido.

“Calidad en educación es calidad de profesores”

-¿Qué opina de los proyectos de Educación y las diferencias en el oficialismo?

-Si me remonto a marzo de 2014, podríamos haber tomado otro rumbo, discusión que haremos más adelante. Se ha avanzado, pero no tengo claridad de que estemos bien encaminados con los consensos necesarios en formación de profesores. Ahí tenemos la palanca principal, la calidad de la educación es la calidad de los profesores que enseñan. Eso implica la formación y la responsabilidad de las universidades en formar.

-¿Por cuál materia habría preferido comenzar?

-Habría partido con el lucro de los CFT e institutos profesionales y la educación superior. Está pendiente eso y el reordenamiento de la educación pública. El ministro Eyzaguirre ya está bastante a fondo y conocedor de las cosas, y da garantías de que se avance mejor. Hay que echarles una mirada a los equipos dentro del Ministerio de Educación, porque la información que hay es que existe un nivel de organización insuficiente.

-¿Cómo se puede conciliar equidad y mérito en la educación?

-No hay sociedad que progrese sin mérito. Con el movimiento estudiantil hubo un péndulo que se movió hacia la igualdad y algunos confunden igualdad con igualitarismo. Las personas no son iguales, y no podemos tratar a un joven que saca un 7 igual que a otro que saca un 4. Está bien lo que habíamos hecho de que no hubiera selección en la educación primaria y tenemos que ver cómo manejamos lo que es secundaria. El problema nace de que se sostenga que el mérito medido por la PSU o Simce es fruto solo del nivel socioeconómico de la familia, pues concluyes que no debe considerarse el mérito porque sería reconocer a la fuente de la desigualdad. Pero si se considera que en un mismo nivel económico unos lo hacen mejor que otros, no se puede marginar el mérito. Esto tiene que decantarse, y lamento que no se haya podido incorporar el tema de los liceos emblemáticos. Un progresismo sin mérito cae en el igualitarismo y en la mediocridad. Hay que buscar un equilibrio más inteligente.

-Algunos sostenedores dicen no estar satisfechos con lo aprobado…

-Las correcciones de la última etapa fueron importantes. Si se habla con los sostenedores, salvo los que juegan un papel ideológico, van a reconocer cosas pendientes, pero que la parte más importante que les preocupaba, la de infraestructura y los arriendos, fueron subsanadas. Convendría tener un cuerpo de expertos con nivel de independencia al cual lleguen casos no contemplados en la ley y que deban arreglarse.

-¿Cómo ve que será el debate en educación superior?

-Yo pondría en educación superior del ministerio un equipo más fuerte del que hay hoy, en lo político y en lo técnico. Lo primero es lo político y además tiene que ser bueno técnicamente y no al revés. Puede ser muy bueno técnicamente, pero si es un burro político, las cosas no caminan ni un centímetro.

-¿Cuándo ha visto al equipo del ministerio débil?

-He visto cifras de la cantidad de asesores del Mineduc, no sé dónde están ni si están bien estructurados. Me gustaría ver más cohesión ahí. He visto que gente opina de distinta manera y poca presencia de expertos en educación de los partidos de la coalición, que tienen una tradición larga, para equilibrarla con algunos que vienen de la dirigencia estudiantil, que nunca han manejado un colegio y no saben cómo opera una escuela. Se ha ido perfeccionando eso, pero aún subsiste.

-Como titular del Mineduc formó una comisión sobre educación cívica, cuyas conclusiones no han sido nunca aplicadas. ¿Por qué?

-En educación cívica lo que hicimos fue revisar, y una de las propuestas que hubo fue reponer al final de cuarto medio un curso para mirar la institucionalidad democrática, y poner educación cívica en el último año e instalarla como proceso desde educación básica en ciencias sociales, literatura, en el consejo de curso. En el análisis de la comisión, se mostró que si bien los profesores no tenían formación para hacerlo, era necesario rematar al final con una condensación que aún no se hace. También concluyó usar más el consejo de curso, involucrar más a los niños en los problemas sociales y con su comunidad, que salieran del colegio, y también involucrarse en la lectura de la prensa. No se le dio el seguimiento necesario.

-¿Cómo ha sido su relación con Eyzaguirre?

-Yo le tengo aprecio, sé que es mutuo. Conversamos apenas lo nombraron, pero después no he tenido ocasión de estar conversando estos temas.

-¿Por qué cree que no lo han invitado?

-No tengo por qué hacerme yo esa pregunta. Pero mi voluntad siempre ha sido dar apoyo a la reforma.

ME-O : “Si me amplío a alguien que me quiere derrumbar, tengo que pensarlo”

¿Qué le parece el nuevo sistema electoral que impulsó el Gobierno?

-Este paso teníamos que darlo. Ahora, va a haber partidos regionalistas, ¿Cuáles? ¿Cómo? ¿Vamos a ser simples líderes caudillistas? Yo prefiero los partidos nacionales, especialmente en Chile porque aquí no tenemos como en Cataluña o en Escocia historias de independencia. Es un país institucional, con un sistema político unitario con partidos nacionales. Esa es una primera pregunta que no tengo respuesta, pero tenemos que avanzar a dar más latitud para la organización de nuestras regiones. Por eso hay que ir con esta reforma, con cuidado, pero hay que ir en esa dirección. O sea, hay más gente que se va a entusiasmar y va a decir bueno, pero yo no tengo ningún partido, ninguna coalición grande detrás, pero me puedo meter.

-¿El PRO debiera estar con la Nueva Mayoría?

-Soy partidario de ampliar, pero que la ampliación no sea factor de socavar. Si yo me amplío a alguien que me quiere derrumbar, tengo que pensarlo.

-¿ME-O socavaría al bloque?

-Lo he visto cambiar recientemente. Pero tampoco eso olvida que en las ocasiones anteriores su gran caballo de batalla fue contra la Concertación y contra la Nueva Mayoría. No olvidemos de que él fue disputando con Michelle Bachelet, y hubo una opción de primaria con ella a la cual no fue. Es una figura interesante, le tengo cariño, pero razono desde el punto de vista político. Yo quiero ver una coalición sólida y no está resuelto el programa de la coalición sólida, no está resuelta la proyección más allá del 2018.

“Con el cambio del sistema binominal, como va a haber más actores, la posibilidad de hacer coaliciones cohesionadas va a ser menor y la gobernabilidad va a ser menos sólida de la que hemos tenido”.

“En la ley de financiamiento el PPD va a presentar una indicación para que haya financiamiento no solo para los partidos, sino que para las fundaciones de los partidos”.

“Hay que echarles una mirada a los equipos dentro del Mineduc (…) hay un nivel de organización insuficiente. Yo pondría en educación superior del ministerio un equipo más fuerte que el que hay hoy, en lo político y técnico”.

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