Uno de los principales desafíos que se autoimpone el próximo presidente de la Cámara de Diputados, a contar del 11 de marzo de 2015, es compatibilizar el trabajo de su entidad con el Senado. Marco Antonio Núñez asumirá el cargo con 48 años, en su tercer período legislativo y con un diagnóstico claro: la Cámara Alta no puede desvirtuar los proyectos despachados por los diputados. El parlamentario del PPD compromete una conducción muy activa, diálogo con la oposición y apunta a la proyección de la Nueva Mayoría para asegurar el éxito de las reformas que lleva a cabo el Gobierno.
¿Cómo evalúa el diálogo de los partidos de la Nueva Mayoría con La Moneda?
El diálogo del Parlamento, de gran parte de la Nueva Mayoría con el Gobierno, ha sido lo que corresponde para un año tan complejo como 2014. Hay un diálogo permanente con la Segpres, con Interior, con la Segegob y con los ministerios sectoriales.
¿Funcionan las instancias creadas o falta algo más?
La evaluación es como somos capaces, no sólo de aprobar las leyes vinculadas a las reformas, sino también cómo somos capaces de transmitir a la gente que esas son reformas que deben sostenerse en el tiempo, porque están directamente relacionadas a la calidad de vida y transformación de las vidas de la gente.
Como Cámara, ¿se sienten disminuidos ante el Senado luego de los cambios hechos en esa instancia a proyectos emblemáticos del Gobierno?
No es posible repetir el escenario generado por la reforma tributaria, entre la Cámara de Diputados y el Senado, tienen atribuciones distintas. Una fiscaliza, la nuestra, la otra no. El Senado tiene atribuciones de nombrar y ratificar varios cargos relevantes, nosotros no, y el escenario en que nosotros generamos una ley después de una amplia discusión, y que es completamente desvirtuada por el Senado no es deseable. Espero coordinarme con el presidente del Senado 2015 que va a ser el senador Patricio Walker (DC) para que cada una de las cámaras cumpla el rol constitucionalmente definido y no tengamos una situación tan compleja para la Cámara como fue el escenario generado por la reforma tributaria.
Está pasando algo similar hoy con la reforma educacional…
Yo creo que es distinto, porque los miembros de la comisión de Educación han participado en los debates del Senado y el ministerio ha definido cuáles son los mínimos aceptables para esta ley tan controvertida y que es vital para poder avanzar en lo más relevante que tiene que ver con la calidad de la educación y la gratuidad.
¿Cómo se mejora el diálogo Cámara-Senado?
Son dos los requisitos para tener una relación virtuosa: la comunicación entre los presidentes de comisión, jefes de bancada de ambas cámaras y la segunda es que el Ejecutivo, los ministerios políticos, estén conscientes de la necesidad de la coordinación, y por lo tanto, faciliten las cosas en el diálogo inicial, en el trabajo prelegislativo de las leyes más relevantes y que generan mayor discusión.
¿El trabajo prelegislativo es fundamental para 2015?
Más que una necesidad, es fundamental. Te pongo un ejemplo: lo que se hizo con la ley que reforma el financiamiento de la política y ahí están los resultados, un apoyo transversal y una tramitación que se prevé fácil. Ese modelo deberíamos mantenerlo para todas las leyes relevantes.
Con una agenda tan copada por las propuestas del Gobierno, ¿hay espacio para mociones parlamentarias?
Absolutamente. Es necesario mantener en un país tan presidencialista, donde los grandes legisladores son los ministros por la vía de las urgencias y la definición de la agenda legislativa, que proyectos de ley como la interrupción del embarazo que es de perfecta iniciativa parlamentaria, o de despenalización del autocultivo de cannabis, mantengan la viabilidad de ser tramitadas, sean aprobadas y tengan respaldo del Ejecutivo, pese a que no tuvieron origen en un mensaje enviado por la Presidenta de la República.
¿Deben ser esas prioridades legislativas?
El año 2015, si uno analiza la historia legislativa, debe ser de los más exigentes, de los más complejos, desde el año 90. Nueva Constitución, reformas laborales, reforma de la ley de Isapres, financiamiento de la política, interrupción del embarazo, despenalización del consumo de marihuana, ley Ricarte Soto, y podría seguir. Tenemos que ser capaces de priorizar, pero de coordinarnos para hacer realidad la aprobación y que la ciudadanía de cuenta que es necesario hacer sustentable en el tiempo las leyes más importantes que para mí son, además de la nueva Constitución, gratuidad, la de desmunicipalización y la relación de un nuevo trato para los profesores. Para mí, si somos capaces de avanzar en la nueva Constitución y hacer realidad la demanda de cambio en la Educación, el 2015 será el año por el que recordaremos a Michelle Bachelet en la historia de Chile.
¿Basta con comenzar la discusión para una nueva Constitución?
No. No es suficiente, tenemos que aprobar una nueva Constitución, que estoy seguro no va a ser por la vía regular de aprobar un proyecto de ley, la necesidad de participación de la gente en este proceso es fundamental y estoy seguro que la Presidenta va a generar mecanismos de participación lo suficientemente amplios para que sea una Constitución legítima.
¿Es un Gobierno progresista el de Bachelet?
Si uno analiza la perspectiva internacional, lo que pasa en Europa, en Latinoamérica, este es un Gobierno progresista, de corte social demócrata, con una amplia mayoría que lo sustenta, política y cultural, y que ha sufrido los embates de las tensiones, productos de reformas que amenazan privilegio e intereses muy potentes, y no podía ser de otra manera. Sería muy raro que las reformas que están en curso no hayan generado una resistencia en sectores minoritarios privilegiados que han reaccionado defendiendo sus intereses.2015 va ser el año de la solución de ese conflicto por la vía del diálogo y del acuerdo.
¿Qué pasa con los “matices” de la DC?
Es completamente legítimo que un partido tan importante de la coalición como la DC plantee matices, lo que no es comprensible ni aceptable que los matices se transformen en permanentes cuestionamientos a ejes centrales de las reformas más importantes. Nosotros no tenemos ningún problema con la bancada de diputados, ellos han dado testimonio permanente de compromiso con el programa de la Presidenta Bachelet, no es el caso en todas las tramitaciones relevantes en el Senado.
¿Cómo va a llevar ese tema con Patricio Walker?
Lo conozco bien, fuimos parlamentarios ambos durante un período, le tengo un gran respeto, es un senador muy inteligente y por lo tanto, previamente a que asumamos la presidencia de ambas cámaras vamos a coordinar el trabajo conjunto legislativo para que el 2015 lo culminemos con éxito.