Sergio Bitar (PPD) ha sido parte de los tres gabinetes que presidieron mandatarios socialistas en la reciente historia republicana de Chile. Hoy, a casi 40 años del 11 de septiembre de 1973, el ex ministro de Estado reedita por tercera vez su libro en que analiza al gobierno de Salvador Allende.
Se trata de un texto de 399 páginas titulado “El Gobierno de Allende. Chile 1970-1973”. En él, Bitar, ministro de Minería durante esa época, entrega su visión con respecto a la viabilidad del gobierno de la Unidad Popular. Bitar asegura que el programa de Allende era posible en su concepción originaria, pero dice que la falta de experiencia y la alta polarización ideológica llevaron a un debilitamiento del gobierno.
“Hubo lucha social en la Unidad Popular (…) estas desviaciones permitieron que las fuerzas de derecha se fueran contra el gobierno desde el primer día, pero pudieron tener éxito al final”, comenta sobre su texto, que será relanzado dentro de dos semanas.
-Usted es una figura que ha sido ministro de tres presidentes socialistas. ¿Ha cambiado la percepción del socialismo?
-El progresismo chileno y latinoamericano tuvo un cambio muy importante que dice relación con los cambios que se produjeron en el mundo. El término del conflicto este-oeste te sitúa en un contexto completamente distinto de los proyectos socialdemócratas. La complejidad económica mundial hoy nada tiene que ver con lo que teníamos en los años 70. Tenían entonces economías nacionales; hoy día no hay economías nacionales, sino que están completamente ligadas a las economías internacionales. Una gran lección para la izquierda y para la centroizquierda, chilena y latinoamericana, es que mientras entonces pensábamos que a través de una revolución, de una transformación radical, tú podías ser un país más justo o más democrático, hoy día la convicción es que tú avanzas por un conjunto de programas sucesivos de reformas.
-En su libro usted habla de pugnas y falta de experiencia en la UP. ¿Hay una autocrítica?
-Claro que hay autocrítica. Si no hubiera habido autocrítica, no podríamos haber construido la coalición que hicimos desde el año 83 en adelante con la Alianza Democrática. No sería explicable que la economía chilena fuera tan estricta en el manejo económico. Teníamos claro que si se nos producían situaciones inflacionarias o de desequilibrio, eso iba a generar una situación que al final en la Unidad Popular sirvió para que hubiera una actividad en contra del gobierno muy fuerte.
-¿Cómo cree usted que ha evolucionado la visión del golpe en estos 40 años?
-Después de cuarenta años, nunca me imaginé que la memoria iba a crecer con el tiempo, y eso tiene ventajas para sanar al país y abrir un camino de unidad. Lo que vemos hoy es la explosión de la memoria. Y eso muestra un triunfo para el país. El que sabe lo que pasó, no lo quiere más, y entonces tomará las medidas para salir adelante de otra manera. Cuando fracasa la política, puede haber un golpe militar. Y aquí hubo un fracaso de la política. Hubo un vacío político, los políticos no estuvimos a la altura de sacar al país adelante por la vía del entendimiento y la negociación.
-Con respecto al rol de los políticos, ¿qué le parece el perdón del senador Camilo Escalona?
-Yo no puedo juzgar ni a Camilo Escalona ni a Hernán Larraín; no me corresponde. Respeto sus decisiones. Ahora, desde el punto de vista político, hay que tener cuidado. No hay comparación alguna entre los errores que hay que reconocer y las violaciones de los derechos humanos. Entonces, yo no voy a pedir perdón por la Unidad Popular. Podré decir hubo tal error, pero perdón no. No hubo violencia, no hubo la muerte de unos con otros.
-El senador Escalona pide perdón por haber sido parte de la polarización de la época.
-Hubo una polarización enorme. Cada uno creía que podía transformar al país e interpretaba los hechos en una perspectiva de confrontación ideológica y social que nos llevó a un punto en que no podíamos conversar, cuando la política es por esencia la negociación y la conversación.
-¿Y corresponderá pedir perdón por esa polarización?
-Ese es un tema personal. Si yo tengo que hablar políticamente, yo considero que no lo he hecho ni lo voy a hacer; es decir, pido perdón ¿por qué? ¿Porque me metieron preso por ser ministro de Minería del Presidente Allende? Lo que puedo decir es que estoy atento, y reconozco que aquí ha habido errores, y que también condujeron y ayudaron a que un grupo fascista hiciera lo que hizo. Ahora nuestra tarea es conocer la historia para no repetir esos errores. Creo que en estos años hemos dado demostraciones de que hemos aprendido esas lecciones.
-Se ha discutido mucho el rol de la DC en el golpe de Estado. ¿Cuál cree que fue el rol de ese partido?
-Es curiosa la estupidez colectiva. Cuando pienso que la lucha se da entre la Democracia Cristiana y la Unidad Popular como si no existiera nadie más en Chile y no ven que teníamos una derecha del porte de una catedral que estaba tratando de tumbar al gobierno y de echarlos a todos por la borda, demuestra la simplicidad de nuestro análisis. Pero yo creo que hay una responsabilidad, por cierto, de la Democracia Cristiana, como hay una responsabilidad en la Unidad Popular, pero esa responsabilidad está situada en el campo de lo político. Nunca en el campo del golpe militar y de la violencia.
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“No hay comparación alguna entre los errores que hay que reconocer y las violaciones de los derechos humanos. Entonces, yo no voy a pedir perdón por la Unidad Popular”.
“Creo que hay una responsabilidad, por cierto, de la Democracia Cristiana, como hay una responsabilidad de la Unidad Popular, pero esa responsabilidad está situada en el campo de lo político. Nunca en el campo del golpe militar y de la violencia”.
“Lo que vemos hoy es la explosión de la memoria. Y eso muestra un triunfo para el país. El que sabe lo que pasó no lo quiere más, y entonces tomará las medidas para salir adelante de otra manera”.
“No puedo juzgar ni a Camilo Escalona ni a Hernán Larraín; no me corresponde. Respeto sus decisiones”.
“Michelle Bachelet no puede hacerlo todo en el período de cuatro años, es muy corto”
Dentro de las diferentes conclusiones que Sergio Bitar entrega en su libro, el cual analiza el gobierno de Salvador Allende, está que “las transformaciones tienen que ser reguladas” y con “coaliciones políticas que den el ancho”.
-En ese sentido, ¿también es una lección para lo que viene del gobierno de Bachelet de tratar de abarcar reformas que no sean muy contundentes?
– Los chilenos saben que ella es una mujer muy responsable y entiende cómo se gobierna y ha visto las experiencias mundiales. Cuando uno tiene esa experiencia, se mueve de la siguiente manera: apunta un rumbo, define una meta hacia dónde caminar y luego define qué cosas debe hacer en su período en esa dirección. Michelle Bachelet no puede hacerlo todo en su período de cuatro años, es muy corto. Necesita pasar proyectos de ley, pero ella sabe cuál es el rumbo. Si se hacen los cambios a tiempo, puedes ir en progresivas reformas.
-¿Cuál ha sido su rol en el comando de Bachelet?
-Ayudo en todas las materias que puedo. He estado viendo temas internacionales. Mi convicción es que Chile se ha desdibujado. Tiene que recuperar un liderazgo, ese liderazgo tiene que ser latinoamericano. Chile ha perdido su presencia con los vecinos; tenemos que rearmar la relación con los vecinos de una manera más potente.