UNA SERIE DE PERSONAS con las cuales he conversado en los últimos días me han mencionado a Sergio Bitar -74, ingeniero civil, “hijo” del Instituto Nacional y de la Universidad de Harvard- como un personaje cuya voz merece ser escuchada en esta crisis de credibilidad y de confianza que estamos viviendo y que ya parece de nunca acabar.
Desde todas las veredas, lo que se echa de menos en estos momentos, y se pide a gritos, es experiencia en conflictos, manejo político, liderazgo, canas.
Y esas condiciones Bitar las reúne. Sabe lo que es haber estado en la cumbre y abajo; en el gobierno, como ministro de Allende, Lagos y Bachelet; en el Senado, ocho años; en la directiva partidaria, tres veces, y también en el frente empresarial. Ha sido, asimismo, hombre de campañas, encargado de recolectar dineros, “pero la magnitud de las boletas falsas y del financiamiento político ilegal que se está viendo ahora” lo tiene escandalizado.
Hay más: Como pater familia del PPD, lo es de Rodrigo Peñailillo y de la joven camada de recambio que hoy manda en el Gobierno. Todo indica, entonces, que en ese frente no lo miran con la desconfianza que sí les tienen a otros representantes de la antigua Concertación. Con respecto a Bachelet, incondicional, el que más. Y cercano, si pensamos que su señora, Kenny Hirmas, fue la “primera dama” de la Presidenta en su primera vuelta, en fórmula que sí resultó.
ME CUENTA QUE LE HAN ACONSEJADO que mejor no hable mucho, que no se meta en líos. Pero, perro viejo de muchas batallas, cree que su deber es criticar y condenar lo que le parece mal. Y, sobre todo, dar ideas e infundir optimismo en horas de tanta confusión.
Así es como, sin pelos en la lengua, se declara sorprendido por la decisión de la Presidenta de haber salido a desmentir su renuncia. “Quién se lo iba a imaginar; es una cosa que te choca en lo más profundo”.
-“Pero me hace sacar una conclusión: el deber político de los dirigentes y del grueso de la ciudadanía que quiere democracia, es respaldar a la Presidencia como institución y a la Presidenta. Introducir la duda es una cuestión complicada”.
Lo estimula, en cambio, lo que a muchos aterra: la intolerancia, esa característica nueva de la sociedad chilena.
-“Si frente a la corrupción dijéramos ‘ total, esto siempre ha pasado, que lástima’ , nos hundimos. Lo importante es que la fuerza de la reacción de intolerancia se encauce en cambios y no caiga en depresión”.
-ENTONCES, ¿USTED CREE, COMO EL CONTRALOR, que al país llegó la corrupción?
-“Yo creo que siempre ha estado. Y la hemos contenido. No vivimos en el paraíso. Y si te descuidas, puede ser el infierno. Esto no es pura coyuntura, son procesos. Hoy hay más riqueza, hay más valoración de la riqueza y menos de la virtud en la construcción de la fama y del prestigio. Más narcotráfico, más crimen organizado… Tal como los chilenos creíamos que no éramos una república bananera y aparecimos siéndolo, también, si nos descuidamos, puede ocurrir que nos pase lo de muchos otros países. La lucha que tiene que dar hoy la democracia es contra la corrupción”.
De eso estuvo conversando, me cuenta, con Fukuyama en una comida que le ofreció en su casa. Es decir, es un tema que se cruza en forma mundial, el de las dificultades de los Estados para responder a los nuevos requerimientos.
-De hecho, los casos Penta-SQM y Caval no llegaron a investigarse porque se detectaran las irregularidades por los cauces que corresponde, sino que fueron denuncias internas las que tiraron las hebras.
-“Agreguemos un caso más, el del señor Bilbao, investigado por uso de información privilegiada. Quién lo pilla: la SEC norteamericana, no la superintendencia de acá”.
Me comenta que él salió de vacaciones en febrero bastante contento con el año que terminaba con las reformas aprobadas -la tributaria, la de los colegios subvencionados, la del binominal, la de vida en pareja-. Mejor o peor, se estaba cumpliendo.
-“Teníamos una caída en la popularidad, pero no hay reforma sin costos. Siempre depende de cuánto y quizás estaba siendo muy alto…”.
Y en eso, la hecatombe Caval. Y la de la arista SQM del caso Penta.
-“Digamos, en forma positiva, que la política siempre tiene incertidumbres y eso la hace apasionante”.
EN LA HORA DE LAS SOLUCIONES , Sergio Bitar -además de matricularse con la transparencia y con todas las medidas imaginables que contribuyan a elevar los estándares de probidad- está promoviendo una revisión de la agenda 2015 del Gobierno.
-¿Con qué se queda tranquilo usted en materia de transparencia?
-“Con que se sepa lo que pasó. La gran rebeldía y la indignación es ante la posibilidad de que las cosas se tapen”.
Cosa distinta son las sanciones, continúa.
-“Hay conductas que debieran tenerlas y no las tienen; por lo tanto, hay que cambiar la ley y eso es parte de las reformas que se tienen que acometer con acuerdos políticos y así se está haciendo. En Derechos Humanos, hay casos que tienen 40 años y se están sancionando recién. Hoy existe una batería de instituciones que tienen facultades para actuar, algunas de las cuales antes no existían: el Ministerio Público, la Fiscalía Nacional Económica, las superintendencias, el CDE, el SII… todo eso se debe respetar y reforzar. Y no hay poder político que hoy se les pueda cruzar”.
-¿En qué tierra caen los intentos de los partidos políticos por tomar acuerdos anticorrupción en este momento?
-“Tiene que transcurrir más tiempo para que las cosas se vayan transparentando y haya un poquito más de confianza. Siempre es importante que los políticos conversen. La política es por esencia la búsqueda de acuerdos con una mirada de largo plazo. Pero yo me pregunto, ¿para qué se juntan en Santiago para conversar sobre los proyectos que están en el Congreso? Que vayan y voten”.
En su mirada, los partidos políticos tienen que replantearse con firmeza. Y comprometerse a que si hay militantes que hayan transgredido no solo normas legales, sino también las éticas, serán sancionados.
-“Y así generar confianza para caminar todos. Con los niveles de desconfianza actuales, nadie se atreve a moverse”.
-¿Y CUÁL ES LA IMPORTANCIA QUE LES ASIGNA A LOS LIDERAZGOS en la recuperación de las confianzas?
-“El mundo avanza hacia liderazgos colectivos. En cambio, nosotros tenemos todavía una estructura con un liderazgo muy grande colocado en la Presidencia de la República. A eso le agregamos que Michelle Bachelet arribó a su segundo mandato con el mayor empoderamiento ciudadano que se conoce en la historia. Ella fue más importante que la Presidencia, y para qué decir que los partidos políticos, que venían perdiendo hace rato capacidad de convocar, de interpretar, de formar gente, se transformaron en cascarones electorales. Son deficiencias institucionales que tenemos que corregir”.
-Y usted que la conoce, ¿cómo está viendo a la Presidenta, que se percibe afectada en lo personal por el caso de su hijo y con un rechazo mayoritario de opinión pública?
-“La Presidenta va a tener que apoyarse más en los partidos, y los partidos tienen que estar a la altura. Pero a la larga su fortaleza, que es muy grande, se va a imponer. Y la gente puede molestarse con ella por no castigar al hijo, pero nadie duda de que es una persona íntegra; eso no está en discusión”.
LA PROPUESTA CLAVE DE BITAR, HOY , es algo así como retomar el timón de 2015 y abocarse a una nueva agenda.
-“Eso significa, primero, rechazar de plano la tesis de algunos de que el Gobierno no tiene piso para llevar a cabo las reformas que comprometió en el programa y que aún no se han completado”.
-¿Usted piensa que alguien crea todavía en el programa como la Biblia?
-“No se puede no enfrentar lo que se prometió”.
-Las reformas del año pasado alejaron a la ciudadanía del Gobierno, porque no respondieron a las expectativas.
-“Todo lo que hagamos en 2015 tiene que ser mucho más consultado, y por eso me preocupa que en Educación no se repita lo del año pasado. No me gustó cómo se manejó la reforma; la relación con los padres y apoderados se vio afectada. No hay reformas gratis, pero el costo que se pagó fue mayor de lo necesario”.
Cree que con la reforma laboral hay que ir de todas maneras, “y esa está mejor pensada, se dio más tiempo y se escuchó a más gente”. Y que también hay que abocarse a lo que falta en educación y en regionalización.
En todo caso, la prioridad de la agenda 2015 debe estar en la probidad y la transparencia. Y como retaguardia, la economía, “cuestión central para tener un nivel de apoyo popular”.
-COMO SI NO SOBRARAN LOS CONFLICTOs, la Presidenta precipitó esta semana el tema de la nueva Constitución.
-“Es que está latente. Políticamente, el tema de la Constitución se ha acrecentado en la medida que se ve como una especie de solución global para problemas, desde la honestidad hasta las elecciones; desde el agua hasta los pueblos indígenas. A todo eso hay que darle un cauce”.
-Eso es el fondo, pero lo que más enciende los ánimos es el procedimiento que se use; es decir, la asamblea constituyente.
-“Yo me quedo con la definición que hizo la Presidenta: que el mecanismo será democrático, participativo e institucional. Si queremos una asamblea constituyente, okey , pero tenemos que conseguir los votos, o para que se apruebe un plebiscito, o para que el propio Parlamento lidere y elija una asamblea constituyente. Nada de eso es simple ni están dados los votos. Yo, en todo caso, no lo descarto”.
No solo eso. Es también partidario de iniciar un proceso de educación sobre la Constitución y uno de consulta y debate en el que participen colegios profesionales, organizaciones sociales, se hagan folletos, etc.
-“Y vamos avanzando y recogiendo opiniones para que sea un debate ordenado y no un caos”.
Mientras tanto, abocarse a ciertas urgencias, dice, entre las que pone en un lugar central al voto obligatorio “que se debería restablecer”, porque de lo contrario en las próximas elecciones municipales puede terminar votando el 30%. “Hay alcaldes muy preocupados”.
-TODO LO QUE USTED SUGIERE COMO NUEVA AGENDA obliga a pensar en un talento político importante en el Gobierno. ¿No sería bueno dar un golpe de timón ahí?
-“Un Presidente cambia gabinete normalmente cuando detecta ineficiencia en alguno de sus operadores en la gestión y cuando hay una situación política compleja nueva. Y aquí hay las dos cosas”.
“Posiblemente, haya que hacer ajustes en seremis, intendentes y algunos a nivel de ministros. Antes de que surgiera todo este lío de ahora, ya se estaba hablando del tema”.
Lo importante, concluye Bitar, es la valoración del gobernante, “que puede hacer ajustes o incluso puede decir esta es mi nueva agenda, y ante nuevos hechos, voy a hacer un gobierno de nuevo, entero”.
“Lo sorprendió la decisión de la Presidenta de salir a desmentir su renuncia. “Quién se lo iba a imaginar; es una cosa que te choca”.
“Un Presidente cambia gabinete cuando detecta ineficiencia en alguno de sus operadores en la gestión y cuando hay una situación política compleja nueva. Y aquí hay las dos cosas”.