Por Claudia Betancourt en ef.cl
El ex ministro Sergio Bitar (PPD) es de los políticos que está más al tanto del proceso a partir de la demanda de Perú contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Hoy es uno de los gestores de un grupo transversal compuesto por chilenos y peruanos donde se encuentran políticos, militares y representantes de la sociedad civil, cuyo propósito es ir “más allá de la coyuntura”: pensar en la agenda de futuro entre Chile y Perú.
– ¿Cómo ve el camino recorrido de cada al veredicto?
– Hemos avanzado en ideas y confianzas, pero ha sido difícil convenir textos comunes sobre la coyuntura. Los peruanos tienen menos margen que nosotros para declarar sin ser criticados. El tema para ellos es más álgido y los nacionalismos más ríspidos. Con todo, tenemos un acuerdo fundamental: dar pasos más audaces para levantar e implementar una agenda de futuro, involucrando a los Estados y a las sociedades civiles. Hay propuestas que espero se hagan públicas para generar un debate fructífero. Pareciera que los traumas del siglo XIX nos bloquean las oportunidades del siglo XXI. Un espacio innovador, como es la Unión Europea (UE) y puede serlo la Alianza del Pacifico, facilitan la tarea.
.- ¿Cuáles son las acciones que tienen pensado realizar como grupo hacia el futuro?
– Para abrir un nuevo horizonte no basta con un fallo, ni su implementación. Se necesita visión y decisión política en ambos lados. Por tanto, pienso que para convenir una agenda común, sobran ideas e iniciativas económicas, políticas, culturales, educativas, internacionales, policiales como el combate a la droga y militares en las misiones de paz. Sin embargo, poco ocurrirá sin crear instancias bilaterales con presencia o consulta a los principales actores involucrados, y un fondo común para asegurar diseño, ejecución y evaluación de proyectos e iniciativas conjuntas. También debemos pensar en la posibilidad de un tratado complementario a los ya firmados con Perú donde establezcamos objetivos, instancias y procedimientos para acometer desafíos futuros conjuntos, como hicimos con Argentina en 2009.
– Dado que ahí está puesto el foco por estos días, ¿cree necesario potenciar el desarrollo productivo de la región de Arica?
– Las relaciones fronterizas son parte esencial de una agenda de futuro. No será exitosa sin reequilibrar Tacna y Arica. La primera ha tenido gran expansión, no así la segunda. Hace 25 años ambas tenían similar población. Hoy Tacna duplica. Se han hecho esfuerzos importantes. Como ex senador por Tarapacá diseñé e impulsé, junto a la comunidad ariqueña, y el Congreso aprobó las leyes Arica que incluyeron gran parte de las aspiraciones de entonces: autorización a peruanos y bolivianos a comprar propiedades en Arica, crédito tributario para inversiones, nuevos estímulos para instalación de industrias, proyecto de agricultura desértica, apoyo minería, consejo para desarrollo de Arica, y más tarde Arica-Parinacota región. Se pavimentó el corredor bioceánico Arica, Iquique, Bolivia y Santos, Brasil. Se elaboró el Plan Arica junto a leyes Arica en el gobierno de Eduardo Frei, que continuaron con Ricardo Lagos, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera.
Pero los resultados han sido insuficientes.- ¿A qué se debe?
– La experiencia me enseña que las regiones extremas no pueden ser sometidas a la misma política tributaria de Santiago. Fue un verdadero parto conseguir de Hacienda algunos créditos tributarios en la Ley Arica. Esto debe cambiar. Lo tienen Perú y Argentina, Tacna en el norte y Ushuaia en el sur, que supera a Punta Arenas como centro turístico.
.- Hay analistas que postulan que una vez conocido el fallo, se debería firmar un tratado que ponga fin a la posibilidad de una nueva demanda limítrofe por parte del Perú. ¿Lo comparte?
– Espero que así sea, aunque ¿cómo impedirlo? solo con firmeza chilena y cerrando toda posibilidad futura de reinterpretación ante cortes internacionales. Debemos plantear el tema que podría ser parte de un tratado complementario o una expresión oficial. También debemos abrir con Perú una nueva discusión sobre Bolivia. Una solución de este tema, que Chile no puede negar ni arrastrar eternamente sin dañar sus intereses nacionales, debe ser parte de una nueva etapa en las relaciones con Perú. Todo ello exige algo que aun Chile no tiene: un espacio de reflexión y proyección estratégica. No tenemos ni siquiera un Ministerio de Planificación. ¿Quién y dónde se piensa el futuro, los escenarios globales, las estrategias posibles? ¿Seguiremos actuando reactivamente? El próximo gobierno debe crear y apoyar nuevas instancias estatales y privadas de estrategia y prospectiva. No podemos hacer política internacional ni estrategia de desarrollo sin visión global y reflexión sistemática. “cuerdas separadas” y política exteriorsubir
– ¿Coincide con la política de “cuerdas separadas”?
– La Corte de La Haya debe actuar en base a derecho. Sin embargo, cuando estima que los antecedentes son insuficientes, puede fallar en base a otras consideraciones y precedentes. Y esas otras también incluyen conceptos políticos: impacto en casos futuros y riesgo de reabrir conflictos o desatar tensiones internas en los países, como el caso Colombia con Nicaragua. Mi apreciación es que Chile se ha debilitado en el contexto latinoamericano. Un país con demandas de dos de los tres vecinos y con el tema pendiente de Campos de Hielo sur con el tercero, distanciado de su aliado tradicional, Ecuador y con frías relaciones con Brasil, hay una percepción generalizada de actuar más en base de criterios mercantilistas que de principios universales, no está bien parado. Separar cuerdas fue dar una señal de normalidad, ajena a la realidad que hemos vivido con esta demanda, menos cuando Perú arregla con Ecuador lo que no reconoce con Chile.
– El ex presidente García nos demandó, Chile lo condecoró y luego él nos invitó a la Alianza del Pacifico. ¿Qué opina?
– Tenemos que proyectar mejor nuestra política internacional. La Alianza del Pacifico nació como Arco del Pacífico impulsado por Chile, tiene como referente el grupo de los cuatro -Singapur, Nueva Zelanda, Brunei, Chile- al cual invitamos a Perú. Esa política chilena se desdibujó, hay que retomarla. Es un proyecto muy importante que debemos proseguir, pero con un matiz: no es alternativo a otros países de la región, sino parte integral de una estrategia latinoamericana.