Por Amauri Quilaleo
Una generación que se crio desde los 90 en adelante, la que vio como se construye una democracia luego de las cenizas tras ser pulverizada y clausurada bajo dictadura.
Simplemente debemos pensar que aquella democracia que con tanto valor, soberbia e hidalguía buscaron nuestros viejos , amigos, próceres, y un sinfín de actores sociales y políticos hoy no está en crisis, sino que profundiza su eterna crisis.
Sistema binominal, quórum calificados, leyes orgánicas, constitución de la dictadura, Jaime Guzmán, la UDI, RN, la DINA, CNI, Ponce Lerou, las empresas privatizadas bajo alero conservador de la concertación, etc… todos estos son sinónimos de la crisis que vive hoy en Chile, crisis que inunda cada sector político, no solo el de la Política sino también Lo político. Es aquí donde debemos poner un freno de manos, indignarnos, gritar, patalear y decir aquello que no es políticamente correcto, porque ya nada es políticamente correcto, la política esta bañada de relaciones corregidas en el tiempo, en universalidades tempestuosas que apagan cada día ese rayo de luz en la oscuridad
Un esperanzadora luz para nuestra generación es el ministro Peñailillo, el cual merece todos mis respetos, admiración y aprecio, esa es la generación que cada día miramos y buscamos perfeccionar aprendiendo de sus liderazgos, pero que hoy más que nunca merecen lealtad, pero no a la persona sino a la trayectoria, lealtad al trabajo realizado, lealtad dirigencial, pero hablamos de lealtad en la amplitud de su significado, no lealtad pasiva, de silencios cómplices, sino una lealtad transformadora, una lealtad inclusiva que busca superar toda crisis con trabajo leal.
Hoy las frases más utilizadas son: “nosotros respaldamos”, “cuentan con todo el apoyo”, “tiene piso” etc. Esto no es más que la palmadita en la espalda en el funeral del primo lejano. En nada ayuda cuando la clase política está completamente desprestigiada, porque no habla el opuesto, sino hablan los mismos, en su mismo idioma, con aquellas mismas particularidades que tanto causan malestar en los ciudadanos. Cuando realmente respaldemos nos haremos cargo de todas las deficiencias que no son cultivo de una mala gestión gubernamental sino que son fruto de la avaricia, de la deshonra, del camino fácil, del trayecto exitista y del viaje oscuro de las personalidades egoístas poco jugadas y cobardes. He ahí la UDI resume de modo penoso lo anteriormente señalado, con un Jovino Novoa que parece que hasta para comprar el pan a diario pedía boletas, esto no solo demuestra la falta de Ética de nuestra elite dirigencial, sino también la carencia absoluta de la decencia básica que se debe tener para ejercer cargos de representación popular
Hoy Chile está sangrando y respirando por sus heridas. Hoy la herida es tan vasta que los desbordo. Hoy es la gran oportunidad para decir basta y que sea la sociedad civil junto a los poderes del estado construya soluciones y escenarios para que ningún vampiro se pueda alimentar de la sangre de Chile.
Un punto muy importante que debemos tocar para poder analizar escenarios futuros es comprender de la mejor manera hoy que todos los escándalos en donde se fundan la política y el dinero no son más de 30 millones de dólares y si fueran 100 aun seria el 1% de la riqueza de un par de familias Chilenas y ese es el puntosustantivo. Si Ponce Lerou fue capaz de financiar a 70 diputados con las cotas económicas que el establecía con su directorio de reparto para campañas, automáticamente contaba con “MAYORIA ABSOLUTA EN LA CAMARA” situación difícil de conseguir desde el mundo de lo público y político, pero que desde el privado estaba al alcance de la mano. Esto pone en jaque a nuestra Democracia, no las boletas ideológicamente falsas, ni los trabajos realizados pero éticamente cuestionados, ni la apropiación de dineros indebidos, NO Y EN LO ABSOLUTO NO, lo que hoy pone en crisis y nos desnuda como sociedad, es que una GORDA BILLETERA PUEDE COMPRAR DEMOCRACIA.
Como no todo es lamento, hoy ponemos ese cuerpo desnudo detrás de un gobierno que no es boleta sino reforma, por un gobierno que mejora la educación, el trabajo, la vivienda, que se hace cargo de los desastres naturales y que no tiene miedo en sincerar posiciones políticas futuras aunque eso conlleve asumir costos tremendos.
Hoy la solución no solo pasa por la comisión Engel, sino que por establecer un criterio diferenciador, donde se distingan los legítimos trabajos del Ministro del Interior con el “RASPADO DE LA OLLA” de un Senador UDI como Iván Moreira, bueno eso no puede ser discursivo ni volátil y menos preso de especulaciones cargadas de ideología, ánimos o signos zodiacales. Las diferencias las debe poner la JUSTICIA, la condena Penal que de la mano conlleva una condena ética y social.
Hoy más que nunca las nuevas generaciones debemos construir el país que planificaron con fuerza, valentía, honorabilidad, aplomo, elegancia, empatía y ética.