“No, en el balcón no”. La respuesta de Carolina Tohá es tajante. Antes ha aceptado de buena gana posar en cuanto lugar le ha pedido el fotógrafo, desde un patio interior de la municipalidad hasta la vecina calle 21 de Mayo, donde ha recibido abundantes saludos de los transeúntes, incluido un alegre “Hola guapa” de una mujer en silla de ruedas y el “arrégleme el liceo” de un estudiante secundario. Pero la sola idea de fotografiarse en aquel balcón del edificio consistorial que, luego de la derrota de su antecesor, Pablo Zalaquett, se transformara en la mejor versión política criolla de la fábula de la lechera, la rechaza de plano.
Con la misma mezcla de seguridad y cautela la alcaldesa enfrenta esta entrevista. Se apasiona -y su piel blanca se ruboriza- cuando habla de su gestión en Santiago y cuando responde las críticas. Marca límites cuando el tema es la política, explicitando por primera vez su disposición presidenciable, pero insistiendo en que hoy no es el momento para esa carrera. Y también -en contraste con la imagen dura que a veces proyecta- muestra capacidad para reírse de sí misma, cuando se le recuerda su etapa como presidenta del PPD y la “moledora” de carne en que suelen transformarse esos cargos:
-Aquí no hay mucha, así es que sobrevivimos bien- dice, ironizando sobre su menuda figura.
Afuera del municipio, una mesa recoge los votos de vecinos que participan en la consulta comunal de estos días. Adentro, en su oficina, la alcaldesa derrocha entusiasmo con el proceso. “Era un compromiso nuestro tener una gestión que desarrollara la participación. Y estamos admirados de la respuesta de la gente: ya al jueves habían votado 33 mil personas, fuera de todas las expectativas. Eso se ha debido a que las preguntas incluidas son dilemas reales de la comuna”.
-¿No es esta consulta una forma de presionar a los concejales?
-Es una forma de que, en decisiones que debemos tomar y donde hay distintas opiniones, tengamos arriba de la mesa la opinión de los ciudadanos. Eso es muy importante, sobre todo en aquellas decisiones cuyo éxito dependerá de que las personas participen activamente en ellas, como el retiro de residuos o los problemas de autos mal estacionados.
-¿Y es también un tema que preocupe mucho a las personas el nombre del cerro Santa Lucía?
-El nombre del cerro es un tema que se ha debatido acá, que el concejo anterior deliberó y tomó decisiones. La diferencia es que ahora esas decisiones se van tomar considerando la opinión de las personas.
-Alguien hizo un experimento: se metió en un programa que genera ruts, salió uno de 30 millones, que no existe, pero podía votar perfectamente en la consulta. ¿Eso no obliga a dudar de los resultados?
-Primero, esta consulta ha generado un sistema para controlar el proceso, superior al usado en todas las consultas ciudadanas que se han hecho en materia municipal. De hecho, aquí se hizo una consulta, cuando era alcalde Joaquín Lavín, que no tuvo ningún sistema de control. Hoy tenemos un sistema computacional que va registrando todos los ruts que votan y que impide las dobles votaciones. Pero, segundo, siempre las consultas han funcionado bajo un principio de buena fe y la gente participa masivamente con ese espíritu. La gente que anda buscando la trampa, en números de esta magnitud, es bastante irrelevante.
“Hoy en Santiago hay menos días perdidos por tomas”
-¿Cuál es hoy la situación de los colegios de la comuna?
-Lo que pasa en Santiago y con lo que nos encontramos al llegar al municipio es un reflejo de lo que pasa en Chile con la educación pública, y que aquí suele ser más agudo y visible. La manera en que hemos trabajado ha buscado revertir ese clima y empezar a anticipar los cambios que vienen con la reforma. Ha habido un esfuerzo de escuchar, con procesos de participación inéditos; procesos de innovación pedagógica que hacía años no había; se han aumentado las horas no lectivas de los profesores; muchos establecimientos están actualizando sus proyectos educativos. Lo que buscamos es superar esa conflictividad que tan fuertemente ha marcado a los colegios de Santiago desde 2006.
-¿Se hace alguna autocrítica respecto de su manejo de las tomas?
-Las cosas siempre se pueden hacer mejor. Pero mi convicción es que en el tema tomas lo que se ha hecho, un camino de diálogo, es la mejor manera de desactivar esa dinámica. Y hoy en Santiago hay menos días perdidos por tomas de los que había en años anteriores.
-Pareció que desde la municipalidad se entregaba una señal de legitimidad para las tomas cuando eran votadas por una “mayoría” de estudiantes.
-Ese es un discurso que se buscó instalar…
-Pero Ud. lo dijo.
-No. Es un discurso que buscó instalar la oposición a nuestra administración, que busca confundir diálogo con legitimación de las tomas; que cree que la única manera de enfrentar un conflicto es pedir a Carabineros que lo resuelva. Carabineros es una herramienta que se solicita cuando es necesario, pero no podemos endosarle los conflictos sociales.
-Un grupo de padres del Instituto Nacional sintió que efectivamente la municipalidad estaba permitiendo que se prolongara una toma y que se violara el derecho de sus hijos a recibir clases…
-Hubo un grupo de padres que sintió eso, pero todas las decisiones se han adoptado en un diálogo cotidiano con los centros de padres, en una consulta de cada una de las medidas que se adoptan. Y respecto del uso de la fuerza pública en caso de tomas en el Instituto Nacional, es algo que se discutió, con la participación muy activa de los apoderados, representativa de todos los cursos.
-Pero aunque sea un solo alumno, ¿es legítimo que el resto le impida asistir a clases?
-La situación de tomas recurrentes en los colegios por cierto que no es deseable.
-No es deseable, ¿pero es legítima?
-No. Lo que estamos viendo hoy es fruto de cómo en un momento determinado este movimiento estudiantil, a través de su movilización, fue capaz de poner en la agenda temas que Chile no había sido capaz de asumir plenamente. Eso es algo que Chile debe agradecer. Sin embargo, pasado eso, ha habido una parte de este movimiento que ha extendido esa dinámica a un momento en que hoy no tiene ninguna justificación. Hace algunos años el movimiento recurrió a estas modalidades para provocar un remezón en la conciencia de los chilenos, pero ese remezón ya se produjo.
-¿Hoy una toma no tendría justificación?
-No solo no tienen justificación, sino que se han transformado en una amenaza para la educación pública.
“Siempre he asumido que lo que estamos haciendo en la comuna requiere de más de un período”
-El primer año de Carolina Tohá como alcaldesa suscitó transversalmente comentarios positivos por temas como una mayor limpieza en la comuna o su combate contra los rayados. Este segundo año ha sido más conflictivo. ¿Lo tenía previsto?
-Es que no lo creo así. Siento que hay un ambiente político enfocado en ese tipo de situaciones, pero desde el punto de vista de la relación con los vecinos y de lo que vivimos cotidianamente en la calle y con los usuarios, por el contrario, estamos embarcados en opciones de largo alcance, que tienen costos en el corto plazo, pero sus frutos se van viendo.
-¿Vamos a ver una gran obra física que consituya su legado?
-Tenemos proyectos en cartera muy importantes, que son una apuesta por generar espacios públicos de calidad y reivindicar el rol de Santiago. Está el gran paseo peatonal que va a vincular el cerro Santa Lucía con la Quinta Normal. Está el proyecto que vamos a dejar planteado, pero cuyos frutos se verán más adelante, de cobertura de la Norte-Sur. Está todo el tema de movilidad, que está cambiando la cultura de cómo nos movemos en la ciudad. Y muy importante es también el esfuerzo por zanjar deudas enormes en la infraestructura educacional. El ícono de eso es la nueva infraestructura que se
está haciendo para el liceo Cervantes.
-¿Cómo se enmarca el ser alcaldesa de Santiago dentro de la carrera política de quien ya ha sido ministra, diputada y le quedan pocos cargos por ocupar?
-Este cargo ha sido el que me ha dado más alegrías. Fue por mucho tiempo un sueño.
-¿Va a ir a la reelección?
-Siempre he asumido que lo que estamos haciendo en Santiago requiere de más de un período.
-¿Eso es un sí?
-Sí.
-¿Y qué pasa con su opción presidencial?
-El tema presidencial no es un tema de hoy. Yo no lo descarto, pero habrá un momento para tomar esas decisiones y ver esos temas. Si llego a tomar esa decisión, va a ser para realizar un proyecto colectivo, no un proyecto personal. Pero este no es el momento de esas decisiones. Este es el momento en que soy alcaldesa, lo estoy siendo plenamente y en eso estoy concentrada.
-¿Pero es compatible una opción presidencial e ir a la relección como alcaldesa en 2016?
-En el momento en que haya que tomar esas decisiones habrá que hacer ese tipo de análisis. En este momento la situación es que yo soy alcaldesa, tengo en el horizonte otro período, estoy comprometida en lo que estoy haciendo y cuando haya que tomar otras decisiones, las tomaremos, y ahí veremos esos posibles conflictos que Ud. dice.
“Pero yo tengo un vínculo que no es solo político, sino personal, y yo no voy a dejar botado Santiago”.
-¿Eso significa que no iría a la reelección para después “botar” Santiago por una carrera presidencial?
-Me está poniendo en escenarios en los que no estamos. El escenario de hoy es uno en que considero que no es el momento para hacer opciones presidenciales ni estrategias de ese tipo.
“No me inquieta” perfilamiento de Velasco y ME-O
-Aunque Ud. insiste en que el tema presidencial no es el tema de hoy, lo cierto es que se está planteando y hay candidatos ya corriendo. ¿No existe el riesgo de que, en la medida en que postergue su decisión, Ud. pueda quedarse “abajo de la micro”?
-Los que estamos preocupados del proyecto que estamos llevando adelante en el país, lo que ha encarnado la Nueva Mayoría, vemos este tema de otra manera. Ya habrá un momento para decidir quién es la persona más apropiada para liderar en la próxima etapa ese proyecto.
“Nosotros estamos construyendo con el gobierno de la Presidenta Bachelet algo que es muy importante para Chile. Es el inicio de un nuevo ciclo, es hacernos cargo de temas de fondo que nuestro país tiene pendientes, fundamentalmente las desigualdades, pero también las carencias de nuestra democracia”.
-¿Y no le inquieta cuando ve que en las encuestas aparece perfilándose gente que no es de la Nueva Mayoría, como Velasco o ME-O?
-No me inquieta…
-¿Un Andrés Velasco o un Enríquez Ominami pueden ser opciones para la Nueva Mayoría?
-Ambos han dicho que no son parte de la Nueva Mayoría, y la Nueva Mayoría es un proyecto serio, transformador, de largo alcance.
-¿No un pacto por este gobierno no más?
-No es un pacto meramente instrumental o con fines solo electorales. Eso significa que cualquier persona que quiera ser parte de ese proyecto o quiera tener una candidatura en ese proyecto tiene que hacer un recorrido que significa comprometerse con las ideas que están detrás, con las normas que nos hemos ido dando. Este no es solo un arreglo para enfrentar elecciones.
-Ud. estuvo dispuesta a postular a la alcaldía cuando era dudoso que la entonces oposición pudiera ganar. ¿Qué está dispuesta a hacer para la proyección de la Nueva Mayoría?
-Lo que sea mejor para este proyecto. No entiendo la política si no es como una construcción colectiva.
-¿Está dispuesta entonces a asumir una opción presidencial?
-Ya le respondí: hoy no es el momento de asumir esas opciones ni de hacer candidaturas, pero no es algo que descarte. Lo decidiremos en su momento y si lo decidimos va a ser para encarnar un proyecto colectivo y consolidar lo que estamos haciendo.
-La alcaldía de Santiago ha mostrado ser a veces un cementerio de aspiraciones presidenciales. ¿Está consciente de aquello?
-Estos cargos, cuando uno los asume como trampolines para otras cosas, no sirven. Sirven para hacer las cosas que se pueden hacer en la ciudad. Y yo creo que aquí se pueden hacer muchas cosas y que hay que tener el coraje y no estar haciendo cálculos. Eso al final la ciudadanía lo evalúa. Cuando uno está con la calculadora en todo, al final eso te impide tomar buenas decisiones y hacer las apuestas correctas.
-¿Qué le dice el hecho de que surjan como presidenciables su nombre o el de Isabel Allende?
-Es muy importante que la Nueva Mayoría tenga nombres que proyecten lo que estamos haciendo. Y me alegra. Es muy bueno que haya muchos liderazgos, que sean reconocidos por la ciudadanía. Es esperanzador.
-A Isabel Allende le han dicho en la calle que sería muy bonito que ella llegara a la Presidencia. ¿Le ha pasado a Ud. algo parecido?
-Es que no voy a entrar, insisto, en esa dinámica. No quiero ser parte de ese debate, no es mi tarea de hoy. No lo descarto, pero tendrá su momento.
-¿No le produce temor el hecho de que, por plantearse que no es responsable lanzar una candidatura presidencial hoy, terminen dejándole el escenario entregado a alguien como ME-O, que está en campaña desde el día siguiente de la última elección?
-Sinceramente, no me preocupa. La gente, cuando llegue el momento de definir quién es la mejor persona para liderar el período que viene, no va a pensar en quién empezó antes a sentirse candidato presidencial, sino en quién es la persona más apropiada. Yo confío mucho en la sabiduría de los chilenos y no creo que esto funcione por ganar el quién vive.
“Cuando uno está con la calculadora en todo, al final eso te impide tomar buenas decisiones y hacer las apuestas correctas”.
”DECISIÓN PRESIDENCIAL La gente, cuando llegue el momento de definir quién es la mejor persona para liderar el período que viene, no va a pensar en quién empezó antes a sentirse candidato”.
”VELASCO Y ME-O Ambos han dicho que no son parte de la Nueva Mayoría, y la Nueva Mayoría es un proyecto serio, transformador, de largo alcance”.
“Me gusta la ópera, he ido a todas”
-¿Cuándo vamos a saber el nombre del nuevo director del Teatro Municipal?
-No sé decirlo con exactitud, pero tiene que quedar establecido durante los próximos meses, porque a finales del próximo año es cuando se hace esa sucesión.
-¿Eso significa de aquí a principios del próximo año?
-Sería una buena fecha. Ahora, tenemos que encontrar la persona adecuada, y si eso significa tomarse unos diítas más, habrá que hacerlo.
-¿Le gustó el resultado de la gala del 18?
-Sí.
-Tuvo malas críticas y la sintonía tampoco fue muy buena.
-Nunca en la historia de Chile la población había tenido la posibilidad de participar en una gala a través de la televisión. Y tampoco nunca había pasado que nos pusiéramos el propósito de hacer una producción especial para esa fecha y que buscara relevar la creación cultural chilena en el día de nuestra independencia. Eso en los más mínimo debilita ni cuestiona la vocación y la capacidad del teatro de hacer su programación, de hacer las grandes óperas, el ballet, los conciertos. Tenemos cuerpos estables de excelencia y el teatro va a seguir siendo un referente en esta materia.
-Se vieron asientos vacíos ese día.
-Siempre ha sido así. Eso no tiene nada de nuevo. Pero estaba bastante lleno y la gente estaba muy contenta.
-Para que quede claro: ¿le gusta la ópera?
-Me gusta la ópera, he ido a todas las óperas desde que estoy en este cargo. Y no solo me gusta, sino que creo que hacemos grandes producciones en el Teatro Municipal.