Los porfiados números

Columna de Francisco Vidal , publicada en El Mercurio, sábado 30 de diciembre 2017

 

En la Nueva Mayoría y en el Frente Amplio se ha iniciado la autocrítica para comprender la estrepitosa derrota político-electoral ocurrida el 17 de diciembre por parte de las fuerzas de centroizquierda e izquierda. Sano ejercicio que espero que se profundice todo lo necesario y no repetir lo que nos ocurrió el 2010, cuando sufrimos una derrota de similares característica y en vez de desarrollar la autocrítica a fondo la obviamos refugiándonos en el retorno de Bachelet para el año 2013. La explicación más consensuada en las fuerzas derrotadas ha sido la falta de unidad expresada en dos candidatos presidenciales en primera vuelta y en dos listas parlamentarias. Como esta explicación, surgen y surgirán muchas más. Quisiera para el debate colocar una causa adicional de nuestra derrota, la que voy a dividir en una “derrota corta” y una “derrota larga”. Estamos encima de la derrota corta y se harán las autocríticas que correspondan, pero quisiera enfocarme en lo que he denominado la derrota larga, usando como ejemplo el resultado electoral a través del tiempo de dos comunas emblemáticas de la Región Metropolitana, La Pintana y Vitacura, que por lo demás representan los dos Chile a que frecuentemente se alude. Elegí La Pintana y Vitacura porque constituyen dos “polos opuestos” de participación electoral en la Región Metropolitana y con resultados para cada sector político muy significativo. Está de más decir, para no entrar en indicadores, que La Pintana es una comuna esencialmente del sector popular de Santiago sur y Vitacura, por otra parte, es la mayor expresión de sectores medios altos y de altos ingresos.

 

La historia electoral de La Pintana a partir de 1989 es la siguiente: ese año la derecha obtuvo sumando a sus dos candidatos un 33% mientras que Aylwin obtuvo un 67%. En la elección presidencial siguiente de 1993, la derecha, representada por Alessandri y José Piñera, obtuvo un 18%, Frei y las candidaturas de izquierda, un 77%. En la presidencial del año 1999, con segunda vuelta en esta oportunidad, la derecha con Lavín obtuvo 39,76% y Lagos 60,24%. En la presidencial de 2005 Piñera obtuvo, en segunda vuelta, 36,50% y Bachelet, 63,50%. En la siguiente elección presidencial, en 2009, en segunda vuelta Piñera logró un 41,63% y Frei, el 58,37%. En la elección presidencial de 2013 con voto voluntario y en segunda vuelta, Matthei y la derecha obtuvieron un 24,30% y Bachelet, el 76,70%, y agrego, porque es relevante para la conclusión, que, considerando el voto voluntario, en La Pintana participó solo 34,1%; y finalmente, en la elección presidencial de hace unos días, también con voto voluntario y en segunda vuelta, la derecha y Piñera obtuvieron 43,52% y Guillier, un 56,42%, y la participación en esta oportunidad alcanzó solo el 37,26% del padrón.

 

Veamos Vitacura. En 1989 la derecha, Büchi y Errázuriz obtuvieron el 70% y Aylwin, el 30%. El año 1993 la derecha, Alessandri y José Piñera, el 63%; y Frei más la izquierda, el 31%. En la presidencial de 1999, en esta comuna y en segunda vuelta, Lavín obtuvo el 75,90% y Lagos, 24,10%. En la siguiente elección del 2005, en segunda vuelta Piñera y la derecha obtuvieron el 76,15% y Bachelet, 23,85%. En la presidencial del 2009 en segunda vuelta, Piñera obtuvo el 81,31% y Frei, el 18.69%. En la presidencial del 2013, con voto voluntario y en segunda vuelta, Matthei obtuvo el 81,67% y Bachelet, el 18,33%, y la participación en esta comuna en esa oportunidad alcanzó el 63,13% del padrón. Y finalmente, en la última presidencial, también con voto voluntario y en segunda vuelta, Piñera obtuvo el 87,99% y Guillier, solo el 12,01%. Además, en dicha comuna se logró la mayor participación de la Región Metropolitana con el 73,01% del padrón electoral. Estos son los porfiados números. La derrota larga es explicar por parte de la izquierda y de la centroizquierda la disminución de sus votantes en una comuna popular y por otra parte la consolidación y aumento de la votación de derecha en una comuna de altos ingresos, pero también debemos explicarnos la conciencia de participación, mientras que con voto voluntario en La Pintana en 2013 participó el 34,21%, en Vitacura ese mismo año participó el 63.13%. El círculo se cierra en esta materia en 2017, la participación en La Pintana es de 37,26%, es decir, sube 3 puntos y en Vitacura es del 73,01%, es decir, sube 10 puntos. El día que la izquierda y la centroizquierda tengan una respuesta a estos números y se traduzca en coherencia, política públicas y mensajes que conlleven la mayor participación y conciencia política en una comuna popular como La Pintana, resolveremos el resultado electoral. La izquierda, la centroizquierda y el Gobierno debemos tener una explicación para interpretar y leer la realidad que explique cómo Michelle Bachelet obtuvo el 76,70% en 2013 y Alejandro Guillier, expresión de su continuidad, el 56,42% en La Pintana, es decir, 20 puntos menos.

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