Crisis RN: “Parte de la derecha quiere ser parte de los cambios”
-¿La crisis que vive la derecha y las defecciones en RN favorecen las expectativas de la Nueva Mayoría?
-Siempre es bueno tener adversarios políticos cohesionados porque permiten un mejor diálogo para llegar a entendimientos, pero ese factor se atempera, porque vamos a tener la casa ordenada, espero yo, y mayoría en ambas cámaras. Ahora, en esta crisis yo veo que hay una parte de la derecha que quiere hacerse parte de los cambios que vienen, ser legítimamente un actor de lo que está planteando la ciudadanía y no seguir siendo rehén de un partido que no quiere ver hacia dónde avanza la sociedad chilena. Ellos no se van a pasar a la Nueva Mayoría, pero es gente que tiene una mirada bastante progresista en algunos temas valóricos. Es uno de los senadores más cercanos a Michelle Bachelet y esta semana jugó un rol articulador clave para que la oposición se allane a aprobar la proposición del Gobierno a fin de que el economista Pablo García pase a formar parte del consejo del Banco Central, en reemplazo de Manuel Marfán, pendiente de votación.
Por su peso específico -con Carolina Tohá constituyen los principales referentes internos que balancean el poder de Guido Girardi dentro del PPD-, el senador Ricardo Lagos Weber es promovido por su bancada como carta a la presidencia del Senado dentro de las negociaciones en curso para configurar la mesa de la corporación en la nueva legislatura.
-¿Qué es para usted la Nueva Mayoría? ¿Una alianza política, una coalición de gobierno o, como han acuñado los presidentes de partidos, un «acuerdo político programático»?
-Para mí la Nueva Mayoría es una apuesta de mediano y largo plazo en la política chilena. Los cientistas políticos se pueden dar vueltas en cincuenta definiciones pero aquí veo un conjunto de fuerzas políticas que tuvieron candidato presidencial, programa y vocación de poder en común. Algunos no quieren llamarlo coalición, me es indiferente, lo que me queda claro es que es una apuesta para los próximos 8 a 12 años en Chile, que debe proyectarse en el tiempo. Si alguien quedó contento con el «acuerdo político programático» o APP y con eso se despeja lo que le generaba ruido, quédese con esa definición, a mí no me importa.
-Algunos dicen que esto es por cuatro años y el 2018 se verá…
-Eso mismo pensaban cuando se constituyó la Concertación de Partidos por la Democracia: era sólo para ganar la Presidencia y después del período de Patricio Aylwin cada partido tomaba su derrotero. Y estuvimos veinte años.
-¿De qué va a depender que puedan convivir bajo el mismo alero político la DC y el PC?
-Va a depender, más que de lo que piense cada uno de ellos, de cómo la ciudadanía nos evalúe como coalición. Desde ese punto de vista hay mucho en juego en este gobierno de Michelle Bachelet: ciertamente su presidencia, pero también este proyecto de mediano y largo plazo. Quiero recordar que hace más de dos años acordamos como oposición, sin ninguna sigla, una propuesta tributaria y una educacional que firmamos desde la DC al PC, y nadie hizo ningún drama. Yo soy optimista: los hechos políticos pesan más que los acrónimos.
-¿Era necesario un ritual para ponerle fin a la Concertación y dar paso a la Nueva Mayoría?
-No. En política no se necesitan funerales. Es cierto que el presidente de mi partido decía cada tanto “está muerta la Concertación” y al día siguiente lo convocaban a reunión de jefes de partidos de la Concertación. Yo sé que él quería decir que había que cambiar y ampliarnos, pero para eso no se requieren rituales. Yo, en todo caso, más que andar matando o enterrando coaliciones políticas, quiero preocuparme de construir una nueva.
-Un elemento fundacional de la Concertación fue el entendimiento privilegiado entre la DC y el PS, el “eje histórico”. ¿La Nueva Mayoría tendrá nuevo eje?
-Yo recomiendo leer el libro de (Ricardo) Lagos para ser justos con la historia: el entendimiento que hubo fue entre la DC y todas las fuerzas de izquierda. Eso que usted habla fue la reunión que tuvo Clodomiro Almeyda con Patricio Aylwin y Almeyda era un sector del PS, no era toda la izquierda.
-Entonces no habrá ejes en la Nueva Mayoría…
-Más que tener ejes yo aspiro a una relación horizontal entre las fuerzas políticas, entendiendo naturalmente que hay algunas que pesan más que otras del punto de vista electoral. Hay que mantener cierto equilibrio a partir de lo que pesa cada uno y no creo adecuado revivir el esquema de “eje” porque al final eso tiende a excluir. En marzo llegan nuevos senadores a las bancadas DC, PS y PPD más inclinados al progresismo y alejados del criterio de los “ejes”. Lo que viene es más integrador.
-En la Cámara se van a fusionar las bancadas PS y PPD. ¿En el Senado planean lo mismo?
-No tengo claro por qué se hizo eso, parece que fue en reacción a la fusión de la bancada DC con los radicales. Yo más que fusionar bancadas preferiría que las fuerzas progresistas y de izquierda confluyan en un solo partido porque PPD y PS tenemos un tronco común y muchas similitudes en lo programático.
Nominaciones sin «ruido» en materias de probidad
-¿Qué se conversó en el encuentro de los senadores de la NM con la Presidenta electa la noche del lunes en casa del senador Pizarro?
-Fue una reunión de trabajo donde ella planteó lo que espera en su gobierno, las primeras medidas y nos pidió un parlamento comprometido con su programa y que hiciéramos mucha pedagogía y trabajo en terreno. Además, nos dijo que si teníamos propuestas sobre la conducción de los gobiernos regionales, se las hiciéramos llegar tomando en cuenta los criterios y principios que ella maneja en estas materias: combinar experiencia con rostros nuevos, paridad de género, compromiso con el programa y gente que no genere ruido en materias de probidad.
-Usted está siendo propuesto por el PPD para presidir el Senado en la nueva legislatura.
-Para mí sería un honor dirigir la corporación porque me permitiría cooperar desde allí con el gobierno de la Presidenta Bachelet y su agenda legislativa, además de ayudar a mejorar la imagen del Senado