Ha sido una semana intensa para el senador PPD Felipe Harboe. El lunes encabezó una cumbre con los máximos actores del sistema de seguridad del país, y el jueves lideró un encuentro con cerca de 40 constitucionalistas de distintos sectores políticos. El parlamentario -reconocido “bacheletista” y cercano al ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo-, organizó ambos eventos como presidente de las comisiones respectivas en el Senado, en una “cruzada” porque la Cámara Alta vuelva a ser el punto de encuentro entre la política y la academia.
-Tras el encuentro del jueves, ¿cómo cree que será el debate por la nueva Constitución?
-Creo que cualquier modificación, independientemente de su magnitud y contenido, requiere de un procedimiento participativo. A mi juicio, es el Congreso Nacional el que debe llevar adelante este proceso, pero tienen que establecerse mecanismos de participación ciudadana efectiva en la generación de la nueva Constitución, y también un procedimiento ratificatorio a través, por ejemplo, de un plebiscito.
-Parte de la Alianza cree que no es necesario hacer una nueva Carta Magna. ¿Cómo conseguirán el quórum de 2/3 requeridos si no pudieron sumar a RN al cambio al binominal?
-La derecha debe entender que en el mundo y en Chile la sociedad ha ido evolucionando, y nuestra Constitución política de hoy no da cuenta de la realidad social, política y de división territorial que necesitamos. Yo los llamaría más bien a defender las ideas y las visiones de la derecha en un proceso de generación de la nueva Constitución.
-Más allá de un llamado, ¿hay espacio para que la Alianza se pliegue?
-Espero que sí, porque si hay un intento por no debatir lo que se va a generar, es una presión social muy fuerte vinculada, por ejemplo, a la asamblea constituyente, y yo creo en el respeto a la institucionalidad. Tenemos que abrir este debate, y será en el proceso legislativo donde se defenderán las visiones que correspondan. Ahora claro, hay que ser realistas, tenemos una Constitución que exige para reformarse supramayorías, y hoy no tenemos los votos. Confío en que algunos senadores permitan abrir la discusión.
-Algunos abogados recalcaron que el último cambio constitucional, de menor envergadura, tomó cinco años.
-La magnitud del cambio que se pretende y el debate por el procedimiento, probablemente, van a dilatar la resolución de una nueva Constitución.
-¿Cuánto?
-No tengo la temporalidad, pero la profundidad del cambio impedirá tener una nueva Constitución en este período presidencial. Y eso habla de la estatura de estadista de la Presidenta Bachelet, que no está pensando solo en la próxima elección, sino en instalar un proceso participativo, democrático e institucional que permita generar la Carta Fundamental que nos va a regir por los próximos 20, 30 o 40 años.
-Cuando hace un mes la Presidenta habló de iniciar del debate, ¿estaba anunciando que esta tercera reforma estructural no se va a poder concretar?
-Una reforma a la Constitución no se hace en tres ni en seis meses, va a requerir de más tiempo que el que tiene el período presidencial. Lo más rescatable de la Presidenta es la voluntad política, la convicción de que tenemos que tener una nueva Constitución, y la decisión de mandar un texto para discutir. Insisto, probablemente, será otro el que se lleve los méritos de promulgar una nueva Constitución.
-En ese escenario, es fundamental para el oficialismo mantenerse en el Gobierno…
-Un líder político debe tener la capacidad de llevar a su partido o a su coalición al Gobierno con una vocación transformadora. El gobierno de Michelle Bachelet es uno de transición social, donde vamos a tener dos, o, eventualmente, tres reformas importantes: la tributaria, la educacional, y una reforma constitucional, que va a quedar probablemente lanzada y en discusión. Pero tendrá que ser el futuro gobierno, a mi juicio, el que profundice esta transición social en la reforma a las AFP, a la salud y una reforma laboral. Para eso, esta coalición tiene que proyectarse en el tiempo.
Continuidad de la Nueva Mayoría
-¿Es posible proyectar la Nueva Mayoría?
– Confío en que los líderes de la coalición entenderán que esta no termina con Bachelet, sino que tiene la responsabilidad histórica de profundizar el cambio social a partir del próximo gobierno. Para eso necesitamos mayorías, y estas se construyen en coalición .
-La DC no habla de la Nueva Mayoría como coalición. Gutenberg Martínez dijo que tiene caducidad.
– No comparto lo que dice Gutenberg Martínez. Creo que hay un sentimiento mayoritario en la DC que más bien se proyecta en una coalición transformadora. Siempre habrá fuerzas conservadoras que intenten generar divisiones, en unos y otros partidos, y creo -de verdad- que los líderes políticos tienen la responsabilidad de proyectar esta coalición en el tiempo.
-¿Es posible revertir esto?
-Haría un llamado a aquellos que desde la DC le ponen fecha de vencimiento a la Nueva Mayoría a pensar no solo en sus intereses, sino más bien en los intereses del país. Y también a aquellas voces de otros partidos que intentan aislar a la DC o que han generado conflictos, a allanarse en la lógica de buscar los puntos de encuentro, que son bastante más que los de diferencia.
-¿Cómo evalúa el debate por la reforma educacional?
-Ha habido un nivel de enfrentamiento que es tremendamente indeseable, tanto desde los “matices” que ha planteado el senador Walker como desde las respuestas que ha tenido del presidente de la comisión de Educación (Fulvio Rossi). En el Senado, hay que fortalecer la tradición republicana de que las diferencias se manifiestan pero con respeto. La descalificación es el principal síntoma de la falta de argumento, y se ha caído un poco en eso en algunos minutos.
-¿Se ha ido polarizando el bloque? Algunos separan a quienes creen en la Concertación y en la Nueva Mayoría.
-La lógica de los autoflagelantes y autocomplacientes se terminó. Es una reflexión bastante añeja. Yo me siento identificado con una Nueva Mayoría renovada, que tenga la capacidad de mirar los próximos 20 años. Pensar solo en el pasado como mecanismo de autoevaluación me parecería tremendamente miope. Algunas cosas se hicieron bien, otras mal, algunas son propias de la transición a causa de una democracia bastante negociada, pero hoy día tenemos mayorías que permiten dar pasos más importantes y más rápidos. No me parece que se articulen grupos transversales en orden a debilitar la Nueva Mayoría por legítimos o ilegítimos intereses de poder.
-¿A qué se refiere?
-Ha habido personajes de la política que han buscado debilitar a la coalición o a los líderes de los partidos en función de pequeñas cuotas de poder propias, y eso no es adecuado. Los líderes de los partidos tienen la obligación de proyectar esta coalición, y no hacer de nuestras diferencias en los proyectos una causa de disputa permanente.
-¿Quiénes?
-Hay varias demostraciones. Andrés Velasco está bastante más lejano de lo que planteaba como precandidato en las primarias; es desafortunada la declaración de poner fin a la Nueva Mayoría de Gutenberg Martínez…
“Se requiere un sistema de inteligencia antiterrorista que, respetando derechos fundamentales, tenga herramientas”
“Haría un llamado a aquellos que desde la DC le ponen fecha de vencimiento a la Nueva Mayoría a pensar no solo en sus intereses, sino en los del país. Y también a aquellas voces de otros partidos que intentan aislar a la DC o que han generado conflictos, a allanarse en la lógica de buscar los puntos de encuentro, que son bastante más que los de diferencia”.
“Confío en que los líderes de la coalición entenderán que esta no termina con Bachelet, sino que tiene la responsabilidad histórica de profundizar el cambio social a partir del próximo gobierno”.
“Se requiere un sistema de inteligencia antiterrorista que, respetando derechos fundamentales, tenga herramientas”
-¿Cómo evalúa el trato al conflicto en La Araucanía?
-El ministro del Interior ha dicho “mire, nosotros no vamos a permitir la violencia, pero ese no es nuestro foco principal, nuestro foco principal está dado en disminuir las causas del conflicto”. Cuando usted elimina las causas del conflicto, no hay razón para él; y por lo tanto, está haciendo un aporte a la paz social.
-Y respecto al país, el tema de los bombazos…
-Tenemos 198, 199 bombazos desde 2005 en adelante. El sistema de seguridad no ha estado a la altura de poder probar en juicio las imputaciones que se hicieron.
-¿Es necesario hacer un cambio?
-Chile, de una vez por todas, tiene que discutir su nuevo código penal. No es posible que en Chile tengamos hechos vergonzosos, como por ejemplo que haya delitos contra la propiedad que tengan más penas que el delito de homicidio. Y respecto de la seguridad interior, Chile es un país seguro en general, pero todo Estado moderno tiene que contar con herramientas que le permitan adelantarse y enfrentar una eventual amenaza emergente. Cuando uno observa la colocación de artefactos explosivos, obviamente estamos frente a un tipo distinto de actividad respecto de lo que había en los 90`. Se requiere un sistema de inteligencia antiterrorista que, respetando los derechos y garantías fundamentales, tenga herramientas para reaccionar.
“Algunos en nuestra coalición y en otros lados apuntaban al fracaso de Peñailillo”
-Se dice que usted y Peñailillo son amigos. Desde que llegó al ministerio, ¿mantienen contacto?
-Sí. Efectivamente es un ministerio que manejo bastante bien, y estoy siempre disponible a cooperar.
-¿Cómo evalúa sus primeros meses en Interior?
-Estoy muy contento. Había algunos en nuestra coalición y en otros lados que apuntaban al fracaso de Rodrigo Peñailillo. Creo que hoy día ha quedado de manifiesto que su sobriedad, su prudencia y su capacidad de articulación política han significado un tapa bocas para todos ellos. ¿Cuántos de estos viejos tercios querían que fracasara? Decían que no le iba a dar el ancho, que era muy joven. No sé por qué, probablemente querían estar ahí.
-¿Y el resto del equipo político?
-Está bien en general, poco a poco afianzándose. No tenemos un vocero que esté en la prensa hablando cualquier cosa y generando conflictos, sino uno que está cumpliendo el rol para el cual fue designado. Y la ministra Rincón ha ido aprendiendo y entendiendo el rol que juega en el gobierno.
-El primer cambio de ministro del gobierno anterior de Bachelet fue a los seis meses. ¿Podría replicarse ahora?
-No tengo ninguna información. Ni la menor idea.