En el segundo piso de la Facultad de Ciencias Médicas de laUniversidad de Santiago de Chile (Usach), en Estación Central, se ubica la oficina de la ex ministra de Salud, Helia Molina (68 años, PPD). Cuando recién asumió comovicedecana de Investigación y Desarrollo, y jefa de Salud Pública del plantel –el 1 de junio pasado- salía de su casa, en Providencia, a las 6:45 para no atrasarse por el taco. “Llegaba cuando todavía estaba oscuro”, cuenta.
Ahora está más afiatada y se siente contenta en el cargo, porque considera que es “un desafío”. “Esta facultad tiene menos de 30 años, comparada con las otras que tienen más de 100. Acá hay un fuerte sello comunitario, de atención primaria. Se están formando especialistas y han sido catalogados como buenos estudiantes”, remarca.
Tras renunciar al cargo de titular de Salud, el 30 de diciembre del año pasado, a causa de la polémica que provocó la punzante afirmación que dijo en entrevista con el vespertino La Segunda (“En todas las clínicas cuicas, muchas familias conservadoras han hecho abortar a sus hijas”) tuvo varios ofrecimientos de trabajo, algunos fuera de Chile. De inmediato se comunicó con ella el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, para que se fuera a esta casa de estudios.
“Honestamente sentí que en la Universidad de Chile no sería un aporte, porque hay mucha más gente (especialistas). En cambio, donde está todo en formación, como acá, es un desafío”, destaca la pediatra que es viuda, madre de cinco hijos y cuatro nietos.
LE DOLIÓ DEJAR EL MINSAL
– En algún momento se habló de que podría ocupar un cupo parlamentario en reemplazo del ex diputado Jorge Insunza, que era parlamentario por la Región de Coquimbo, cuando éste asumió en la Segpres.
– No es que no me guste la política, pero consideré que no era el momento adecuado. Me muevo bien en los campos de la gestión, de las políticas públicas, de la investigación y docencia. Por esto era más desafiante venir a la Usach que ir a la Cámara de Diputados.
– La Presidenta Bachelet dijo hace algunos días en una entrevista en radio La Clave que los abortos existen de forma “clandestina” y que “la gente con recursos lo hace en buenas condiciones”. Estas palabras reflotaron sus dichos que gatillaron que dejara el Minsal. ¿Usted lanzó esa frase porque reflejaba efectivamente una realidad?
– Sí, pero fue señalada un poquito torpemente. En mi lenguaje cotidiano lo dije y no me arrepiento, porque así lo pienso. Claro que me da lata haber dejado de ser ministra por eso.
– ¿Usted renunció o la presionaron para que lo hiciera?
– Yo renuncié, no hubo ninguna presión. Renuncié como a las 12 del día, pero me la aceptaron bien tarde. Una de las alternativas es que yo pidiera disculpas. No puedo pedir disculpas por algo que dije, porque lo pienso.
Y añade que “me dio pena dejar de ser ministra, me gustaba. Por suerte Carmen (Castillo) mantuvo el equipo de trabajo que yo había formado; me llevé al ministerio profesionales que tenían muy buenos trabajos. La nueva ministra los mantuvo y eso habla muy bien de ella”.
– ¿Se deprimió cuando se fue del Minsal, le costó recuperarse?
– En enero y febrero lo pasé pésimo, pero en marzo ya se me quitó todo. Soy súper resiliente.
– Uno de los cuestionamientos a su afirmación acerca del aborto era si usted tenía pruebas de que en las clínicas “cuicas” ocurría el fenómeno. Si era así se le criticaba por qué no lo había denunciado antes.
– Porque no estoy de acuerdo en denunciar. Yo hablé en pasado; dije “han hecho”.
– ¿Lo afirmó porque había escuchado rumores o tenía la constancia de aquello?
– Yo trabajé con puros obstetras, veía recién nacidos (y sabía que ocurría el fenómeno). No estoy demonizando el hecho, entonces ¿por qué tengo que denunciar? Lo que me molesta es que la gente pobre no pueda tomar decisiones sobre sí mismas, no hay una ley que las proteja. Ése es el tema.
– En torno al proyecto que despenaliza el aborto en tres causales –inviabilidad del feto, enfermedad de la madre y violación- existe desinformación. La gente cree que abortar será obligación.
– Gran parte del juicio al Gobierno, más allá de los temas de Caval o Soquimich, es que ha habido un problema grande, estructural de comunicación.
– ¿Se está a tiempo de revertir la desinformación en torno al proyecto del aborto?
– Pero lógico, si recién se apoyó la idea de legislar. Me han invitado diversos centros de alumnos, no como una activista pro aborto porque no lo soy, para informar qué es lo que pretende el Estado despenalizándolo (en estas tres causales): es entregar un derecho a la mujer que nunca debió haber perdido o que siempre debió haber tenido. Esto se debe hacer a todo nivel (la comunicación). Debe hacerlo el gobierno, sus seremis, los directorios de servicios. Perfectamente se podría realizar, creo yo, con diálogos con la ciudadanía, comprar los espacios para hacer fluir la comunicación entre el Gobierno y la gente.
– Una investigación realizada en EEUU, en la que se siguió y entrevistó durante cinco años a casi mil mujeres que se hicieron o intentaron hacerse un aborto, estableció que éstas tomaban la decisión por falta de dinero para criar ese hijo, por no estar preparadas y por falta de apoyo de la pareja. ¿Por qué abortan las mujeres en Chile?
– El 80% de las mujeres son casadas, tienen varios hijos y están entre los 25 y 45 años. Se trata de mujeres que son incapaces de tener más hijos, que son parte importante del sustento de la familia. El aborto en el país dejó de ser un tema de salud pública tan grave como lo fue, cuando ocurría una mortalidad alta (por esta situación). Hoy los métodos de planificación familiar funcionan y cada vez son menos los casos donde hay un embarazo no deseado.
Helia Molina es tajante respecto al objetivo del proyecto que se encuentra en el Congreso. “Lo que se pretende no es abrir la ventana para el aborto libre” sino que reflotar los derechos que “fueron borrados el último año de Gobierno de Pinochet”.
Sería una pésima señal –añade- “como país y democracia” que no se aprobara la iniciativa “si el 70% de la gente, en todas las encuestas, considera que estas tres causales son justificadas”.
“Me parece que falta información, que la discusión ha sido pobre, en blanco y negro, en bueno y malo. Eso le quita altura a la discusión”. A esto se suma –remarca- “que la gente lee más los titulares que lo que está bajo el titular. Y el titular de alguna manera marca la tendencia”. Más que aprueben la ley lo que le interesa es “la gente tenga clara conciencia de qué estamos hablando”, subraya.
PROYECTO “SERÁ APROBADO”
– Uno de los aspectos que más se ha cuestionado del proyecto es la causal de la violación.
– El médico que estuvo conmigo en “Tolerancia Cero” (Fernando Abarzúa) cuestionaba la causal del feto inviable, se preguntaba cómo están seguros de que es inviable. Si no tiene cerebro o riñón es inviable, también si vivió dos meses. Una mamá cuya guagua vivió 40 minutos decía que estos 40 minutos fueron los más felices de su vida. Si ella piensa así, fantástico. ¿Por qué vamos a obligar a una madre (a llegar con un embarazo de término) si al tercer mes le dicen que su guagua no tendrá posibilidades de vivir; no le podrá comprar ropa, pañales? Otra preferirá tenerla nueve meses dentro (de su guatita). Respecto a la enfermedad de la madre también hay discusión, porque tras la opinión contraria está también la mala intención de suponer que las mujeres dirán que tienen cáncer al útero para abortar.
“La violación para mí tiene distintos ángulos dependiendo de la edad. Habitualmente en las violaciones de las niñitas, menores de 14, se trata de ultrajes permanentes de familiares dentro del hogar. Incluso, estas niñitas se embarazan antes de tener la primera menstruación, porque las están abusando desde los 8 años. Tal vez la madre dirá ‘apechuguemos’ o lo damos (el bebé) en adopción. Una niñita de 12 años (que aborta) queda en riesgo de quedar estéril para siempre o sufrir un problema de salud mental casi irreversible. Hay que tomar las decisiones en base a distintos criterios, pero la posibilidad de decidir debe existir. Después de los 14 decide la mujer. El no nacido es un ser vivo y tiene derechos, pero hay derechos que van sobre otros derechos. El derecho a la vida a la madre si puede morir para mí es más importante que el derecho del feto.
– ¿Qué pasará con la objeción de conciencia? No está muy definido en la ley. El rector de la UC decía tajantemente que en el hospital no se realizarán abortos y el presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, ha planteado que es necesario que esto se defina un poco mejor.
– La objeción de conciencia sólo es individual. Si la institución de salud privada quiere ser parte de la red de salud del país tiene que estar bajo el rol rector del ministerio y las políticas públicas deben ser respetadas. Hay que ver cómo funcionará la alianza público-privada (en este sentido).
– ¿Tiene expectativas de que el proyecto sea aprobado?
– Yo creo que será aprobado. Van a tratar de aprobarlo por causalidad y eso no es bueno. El tema de la violación va a ser conflictivo. La mayoría de los que discuten (la iniciativa) son hombres y es difícil que un varón se imagine que lo violan y se queda embarazado. Me parece ilegítimo que tomen la decisión personas que nunca tendrían una manifestación de esta naturaleza.
“NO VEO MAL AL GOBIERNO”
– ¿Cómo es su relación con Bachelet, se siguen viendo?
– Desde que nos conocimos, en los años ’90, cuando Bachelet era asesora del Minsal y yo jefa de Atención Primaria tuvimos excelentes relaciones de colega, teníamos muchas coincidencias acerca de cómo veíamos la salud, quizás porque somos pediatras. La conocí más en su primer Gobierno, cuando trabajamos la política Chile Crece Contigo que yo dirigía en el país. Después, durante la campaña (2013), conversamos harto. En muchas cosas me siento coincidente con ella. Claro que no tengo su tino y encanto, pero desde el punto de vista técnico somos re parecidas. La estimo, la quiero y la admiro.
– ¿Se sintió apoyada por ella?
– Mientras fui ministra sí y después también (cuando había dejado el ministerio). Si esta cuestión es así, no es que te apoyé o no te apoyé. Cuando te nombran ministro uno sabe que es sin llorar. Si tú quieres flotar como corcho a lo mejor duras todo el Gobierno, pero yo no soy así.
– Ahora que está afuera del gabinete, ¿cómo ve el desempeño del Gobierno?
– No veo mal al Gobierno. Ha hecho lo que tenía que hacer, pero ha sido difícil, está como en una trampa. Lamentablemente el caso Caval es demasiado cercano a la Presidenta. No observo que haya ingobernabilidad, está pasando por un mal momento y hay que revertirlo. Y la única manera de lograrlo es sincerando con la población los procesos que se están viviendo. Que la Presidenta explique por qué hubo un momento de entropía, cómo se están alineando todas las cosas para que los plazos se cumplan. Me pareció muy bien esa frase que pronunció: “ realismo sin renuncia”. ¿ Cómo va a renunciar a la razón de ser de su Gobierno?
– ¿Ve alguna señal en que Ricardo Lagos Escobar visite La Moneda o haga declaraciones, como en la Revista Sábado de El Mercurio, cuando señaló que “algunos, varios, me han dicho: Oiga, vuelva usted (a la Presidencia) para que por lo menos ponga orden”.
– Que antes de dos años (de haber asumido el Gobierno) ya estén los candidatos le hace mal a cualquier administración. Yo quiero mucho a Lagos, desde el dedo (cuando interpeló a Pinochet a través de Canal 13) que se ganó mi aprecio para siempre. Creo que él tiene aspiraciones (presidenciales), pero tendrá más de 80 años (si es que gana en los comicios). Yo me encontraba hiper vieja de ser ministra a los 65. Le dije a Bachelet que nombrara a alguien más joven. Mi opinión es que hay que darle paso al liderazgo más joven. Pero, bueno, capaz que vote por él igual.
“ENCUENTRO MÁS ENTRETENIDO SER ALCALDESA”
– ¿Tiene ambiciones políticas?
– No tengo, pero en mi partido, el PPD, sienten que yo tengo un capital político; que tengo más credibilidad que otros.
– ¿No se cierra a ocupar un cargo parlamentario?
– No tengo plata para hacer campañas políticas, no voy a estar recibiendo dinero de Soquimich, porque tengo mis principios. También tengo un tema con la edad. No a la incapacidad de acá (se toca la cabeza) sino que a la sensación de que si no abrimos espacios a la gente joven para los liderazgos este país va a tener un caos, porque a los viejos políticos no les cree nadie. Encuentro más entretenido ser alcalde, porque uno se hace cargo de las cosas, hay que ser ejecutivo.
– ¿Si se le diera la posibilidad de ser alcaldesa qué comuna la seduce?
– Una pobre, no me voy a ir a ser alcaldesa de Las Condes, porque no me interesa.
– ¿Y de las pobres cuál le interesa?
– No lo he pensado. Me han propuesto Cerro Navia. Esta comuna por mucho tiempo fue del PPD (era alcaldesa Cristina Girardi). Podría ser, tengo que evaluarlo. Si se pudiera transformar una comuna, logrando que la gente tuviera voz, si se le pudiera dar mejor salud, entonces yo podría ser útil. Estuve leyendo que Cerro Navia tiene la menor cantidad de áreas verdes de todo Santiago. No puedo anticipar que habrá más (si asume) pero se puede buscar algo que lo complemente. Si tengo capacidad de hacer cosas me interesa. Me han llegado también pedidos de provincia. Me han solicitado que sea candidata a senadora por Osorno.
– ¿Siente que tiene llegada con la gente, qué le dicen?
– Hace poco fui a Prodemu, en Rancagua, y las personas fueron muy cariñosas y agradecidas. En la universidad siempre he tenido buena onda con los alumnos, con los docentes. Debe ser porque soy empática. Me di cuenta de que cosas que son tan naturales en uno hacen la diferencia con otros. Esto lo descubrí a esta edad.