“El «laguismo» y el «girardismo» responden a una lógica caudillista del pasado”
– ¿Su cercanía con Rodrigo Peñailillo puede implicar la generación de una nueva fuerza interna en el PPD?
-Yo siempre he estado en contra de los «ismos»: No me ha gustado el girardismo y el laguismo. La representación interna no debiera ser por el nombre de las personas, sino por las ideas.
Cuando armamos Acción Progresista a nivel nacional, hicimos una pega fantástica, ahí nació la campaña contra los abusos del Dicom. Efectivamente lo ven con algún ojo de riesgo (su relación con Peñailillo) pero yo diría que no hay que preocuparse de eso, sino de sumar gente nueva, en un intento por oxigenar la política.
Con Rodrigo tenemos una amistad de muchos años, generacionalmente coincidimos, aunque yo soy un par de años mayor. Nos une una relación de amistad, trabajo político y lo vamos a seguir haciendo, pero él tiene un rol de ministro del Interior y de participar en las reuniones con los partidos y todas las sensibilidades.
– ¿Piensa que hay una especie de crisis en el girardismo, al tener menos representantes en el Gobierno, como en el caso de los subsecretarios?
-El laguismo y el girardismo responden a una lógica caudillista interna del pasado y lo que debemos configurar es una tendencia que proponga una visión de país y un modelo económico donde la libertad y la protección social puedan convivir armónicamente.
Hemos tenido un buen entendimiento con Jaime Quintana y eso significa que le hemos dado gobernabilidad al PPD. Más allá de eso, se requiere que apoyemos lealmente al Gobierno de la Presidenta Bachelet. Me alegro que Guido Girardi haya dicho que él no va a ser un díscolo, pero es importante que eso se traduzca en apoyo al Gobierno y a las leyes.
Es sin duda uno de los más cercanos al próximo ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo. Y a su juicio, en la polémica por el nombramiento de los subsecretarios -cargo que asumirá su esposa en marzo- el “pecado original” es de los partidos e incluso “parte de este problema radica en que muchos ven al Estado como un botín”.
El senador Felipe Harboe puntualiza que su colectividad, el PPD, incluyó personas con “currículum intachable”. Y aunque reconoce una desprolijidad “de parte de los equipos”, rechaza las críticas sobre un secretismo en el círculo de la Presidenta electa y los cuestionamientos al futuro jefe de gabinete. “Los partidos no son cogobernantes”, sentencia.
-¿Cuál es su opinión de los cuestionamientos a autoridades nombradas por Michelle Bachelet?
-Siempre es bueno ir aprendiendo de la experiencia. Es irresponsable que algunos partidos propongan nombres que claramente tienen algún tipo de cuestionamiento, sobre todo aquellos de carácter judicial. Existe una responsabilidad compartida.
-Pero en los partidos acusan que en el equipo de Bachelet ha habido secretismo en el proceso.
-Los mismos que dicen eso son los que propusieron en sus listas a estas personas. Los que proponen a quienes tienen grados de cuestionamientos altos, tienen que asumir también sus responsabilidades.
– ¿Comparte la crítica de que existen pocos canales de diálogo con el equipo cercano a Bachelet?
-Esto es normal entre un Gobierno que se va a instalar y los partidos que lo sustentan. Cada institución tiene su orden. Los partidos tienen un rol importante, que es apoyar al Gobierno a través de sus parlamentarios e interpretar a los ciudadanos. Los partidos no son cogobernantes; es muy importante su rol, pero yo entiendo más bien que son coayudantes. Y requieren recobrar el prestigio que perdieron.
Parte de este problema radica en que muchos ven al Estado como un botín, pero lo que se requiere es apoyar a un programa que genere calidad de vida y sea transformador.
– ¿Cree que el equipo de Bachelet tuvo un exceso de confianza con los partidos, al hacer fe de los antecedentes que le llegaban?
-Siempre se pueden hacer mejor las cosas. Hay gente que tiene mucha experiencia en esas materias, pero algo, probablemente, no fluyó debidamente. Sin embargo, creo que no es nada que no se pueda mejorar.
– ¿El error de Rodrigo Peñailillo fue no pronosticar este escenario?
-No, yo creo que aquí hay una desprolijidad probablemente en una parte de los equipos, pero en ningún caso eso puede significar un cuestionamiento al rol del jefe de gabinete y además eso tiene como pecado original el rol de los partidos. Aquellos que andan cuestionando antes de que asuman las autoridades, probablemente aspiraban a tener mayor representación. Los partidos de Gobierno tienen la función de apoyar, aportar y obviamente ayudar a corregir a aquellas personas que puedan ser negativas y no estar criticando por los medios, que creo que marcó el distanciamiento definitivo entre Piñera y los partidos que lo apoyaban.
– Si no mejora la interlocución entre los partidos y el futuro Gobierno, ¿podría darse una disociación como en el actual?
-Para nada. Esta Presidenta parte como ningún otro Presidente: con un nivel de aprobación muy alto; con una expectativa también muy alta y hay una buena mezcla de juventud, energía y experiencia. Pero lo que más caracteriza a este tipo de gobiernos, es la coherencia programática. Los partidos deben adecuar sus actuaciones a respaldar el Gobierno, sobre todo en los primeros 100 días, donde espero tengamos un nivel de cumplimiento muy alto.
– Pero sí hay dirigentes que exigen mayor interlocución.
-Eso se va dando. La experiencia dice que el futuro jefe de gabinete fijará la forma en que se va a llevar adelante el diálogo y la coordinación, con las bancadas parlamentarias y los presidentes de los partidos. Así funcionó en los últimos 20 años, donde se fijó una metodología y no me cabe duda que esta metodología la va a implementar el futuro ministro del Interior.
“Afianzar equipos”
– Desde la Alianza sostienen que en los cuatro años de Piñera se tomaron decisiones drásticas “por menos” que lo ocurrido en la designación de cargos en la Nueva Mayoría. ¿Qué opina?
-No, porque el gobierno del Presidente Piñera va a pasar a la historia como un Gobierno que lesionó mucho la institucionalidad, incluyendo a los partidos que lo apoyaban. Creo que no ha habido ningún gobierno, desde 1990, que haya dañado más la institucionalidad. Lo que corresponde en este período es que el Gobierno recupere la institucionalidad, darle calidad pública a los servicios y que los procedimientos vuelvan a funcionar. Las críticas de la Alianza me parecen de un sector que está completamente herido, porque tuvieron la más grande derrota desde 1989.
-Pero la crítica se manifiesta porque muchos creen que el proceso de chequeo fue “a ciegas” y que “bastaba usar Google”.
-Los partidos tienen que mejorar su sistema de propuestas de nombre. No es aceptable que personas que tengan antecedentes legales figuren en las listas. Recuerde el episodio del gobernador de Los Ángeles por sus vínculos con Colonia Dignidad, eso complicó al Gobierno (de Sebastián Piñera). Pasa que los partidos terminan optando por sus propios intereses personales y exigiendo cosas.
– Y las exigencias de los sectores internos de las colectividades…
– Pero independiente de la tendencia que se tenga, lo que importa es la calidad y la idoneidad. A la Presidenta le estamos proponiendo sus equipos de trabajo y a veces estos problemas que hay se explican porque muchas veces tal o cual partido, o incluso una sensibilidad, tuvieron más representación. Hay nombres que tienen mejor preparación que otros.
– ¿Ha habido un exceso de confianza de parte de Bachelet al empoderar tanto a Peñailillo y a Alberto Arenas a la hora de tomar decisiones?
-Alberto Arenas tiene una gran experiencia, fue director de Presupuestos. Rodrigo (Peñailillo) también, no sólo fue gobernador de Arauco, sino que ha tenido un rol sumamente importante durante el primer gobierno de la Presidenta. Por lo tanto, creo que lo de aquí no es por una necesidad de experiencia, sino de ir afianzando equipos. Cuando tienes buenos delanteros, buen mediocampo y buena defensa, lo que tienes que hacer es que todos esos equipos funcionen bien y para eso se requiere un poquito de tiempo.
– ¿Cómo recibe las críticas de algunos en el sector girardista del PPD sobre la designación de su esposa, KatiaTrusich, como subsecretaria de Economía?
-No tengo nada que ver, ella no iba en la lista del PPD. La Presidenta la conoce perfectamente. Ella tiene un currículum como poca gente, con experiencia gerencial de gran nivel. Tiene un grado de complicación estar en el servicio público. Lo de Katia es una decisión exclusiva de la Presidenta. Las críticas de algunos del girardismo tienen que ver con que pocos de sus nombres fueron considerados…
Presentamos en el PPD un equipo muy capaz, con un currículum intachable. Todos tenían por lo menos dos grados académicos y sentimos en lo personal que gente como Pamela Figueroa, vicepresidenta del partido, con un máster en EE.UU., no haya sido considerada. La habíamos propuesto incluso como ministra, pero si el comando no optó por ella, también es válido.
“Que la «bancada estudiantil» entienda que hemos formado una coalición”
– Hay quienes sostienen que hubo una especie de prueba de fuerza entre el movimiento estudiantil y el gobierno de Bachelet tras la renuncia de Claudia Peirano. ¿Se encendió una señal de alerta con los diputados de la “bancada estudiantil”?
-No. Es legítimo que manifiesten sus apreciaciones, pero yo creo que la renuncia voluntaria de la subsecretaria (Peirano) no tiene tanto que ver con el tema de la gratuidad, sino más bien con que quizás no estaba dispuesta a afrontar cuestionamientos personales y familiares por la prensa, porque mucha gente no está disponible para eso.
También es importante que la “bancada estudiantil” entienda que hemos formado una coalición, porque han pedido a las bancadas de la Nueva Mayoría su incorporación en determinadas comisiones. Yo creo que hay que armar equipos y así tener un grado de lealtad y compromiso conjunto, más allá de las diferencias que tengamos.
-Pero Giorgio Jackson y Gabriel Boric mantendrán un rol más independiente.
-Sí, pero ambos le pidieron cupo a la Nueva Mayoría para las comisiones. Sin la voluntad de los partidos de la Nueva Mayoría, ninguno estaría en comisiones que ellos dos consideran importantes.
– ¿Como Nueva Mayoría requieren un acercamiento con ellos para evitar focos de cuestionamientos?
-Vamos a tener que crear una institucionalidad que permita evitar conflictos y que sirva para garantizar el cumplimiento del programa.