El senador Guido Girardi llegó ayer de Ecuador, donde cuenta que expuso a autoridades de gobierno y del Parlamento local sobre su proyecto que busca regular el consumo de “comida chatarra”. “También estoy invitado a la Academia de Ciencias, en Washington, por el mismo tema”, asegura. Sin embargo, hay otra materia que le interesa comentar tras su aterrizaje en Santiago: el debate generado por los comentarios del ex Presidente Ricardo Lagos en cuanto a que falta “decisión política” para enfrentar los desafíos en infraestructura.
“Hay una campaña abierta por parte de la derecha que se ha orquestado, que se resiste a aceptar el veredicto de las urnas. Todo lo que ha ocurrido en el último tiempo es un misil a la santabárbara (lugar donde se guarda el armamento en los buques de guerra) del Gobierno, para intentar amedrentar y que la Presidenta tenga que abdicar de sus reformas”, afirma.
-¿El ex Presidente Ricardo Lagos se hace parte de esa campaña entonces?
-No estimo que su crítica vaya en esa línea, pero la crítica del ex Presidente Lagos la hace en un momento que, tal vez, no es el más adecuado. Él ha hecho una autocrítica y creo que él también fue víctima de estos chantajes cuando estuvo en el Gobierno. Cuando intentó impulsar el Auge, y como no teníamos mayoría en el Congreso, tuvo que renunciar, por ejemplo, al fondo solidario que era un elemento central del proyecto y la derecha obligó a una reforma a la Salud que no era completamente lo que él quería.
-Él se refirió a una falta de decisión para enfrentar algunos desafíos de la alianza público privada en materia de infraestructura.
-Pienso que, tal vez, mira el futuro, y comparto eso. Solo complementaría lo que él dijo en cuanto a una concepción de la asociación público privada, que para mí es insuficiente, porque en la asociación público privada que tuvimos en la vieja Concertación, la derecha y los privados eran los que ponían la música. La concepción que había antes era insuficiente porque era desde las élites y la que hoy se requiere es desde los ciudadanos. Hoy no basta que sean el gran empresario y el mundo político, hoy viene de abajo, es horizontal, incorpora al mundo científico, académico, a los microempresarios, las regiones, las demandas ambientales por sustentabilidad, y esa es la nueva asociación pública que Chile requiere. La otra cumplió un ciclo.
-¿Qué le parece que se deba concesionar todo lo concesionable, como se ha dicho en estos días?
-Yo no estoy en contra del principio de las concesiones. Me parece que las de carreteras pueden ser buenas siempre que no haya estos contratos complementarios que hacen que cuesten el doble. El debate es cómo se construye un concepto de alianza público privada en sintonía con el siglo XXI y no del siglo XX, que es centralista. Le falta en complemento académico, comunidades, sustentabilidad, regiones. El principal factor del siglo XXI va a ser el tercer motor, que es la creación de ciudadanos libres. Tal vez Chile tiene que hacer una discusión menos ideológica y que las concesiones no son la solución. La evidencia mundial apunta, por ejemplo, a que no hay demostración de que las concesiones hospitalarias hayan sido positivas y, por lo tanto, aquí no se trata solo de decir que las concesiones van a resolver los problemas.
-En lo netamente político, ¿cree que a la Presidenta o a su gobierno les falta decisión?
-Hay una crítica injusta, porque la Presidenta Bachelet no solo lleva estas reformas, que son estructurales, para dar el salto a una economía colaborativa. En el pasado no se hizo nada por las energías renovables y ahora veo al ministro Máximo Pacheco muy activo al respecto y con un proyecto real de energía. En materia de innovación, veo al ministro de Economía Luis Felipe Céspedes, a Eduardo Bitran, y a Gonzalo Rivas con medidas concretas para una política innovadora. También este gobierno está enfrentando temas valóricos, derechos de pueblos originarios y materias medioambientales. Entonces yo digo: si en los últimos 25 años ha habido una Presidenta con coraje para plantear desafíos que tocan los intereses de la sociedad, con decisión política y liderazgo, es esta y su gobierno buscando remendar las abdicaciones del pasado. Yo valoro el coraje y la convicción para llevar adelante reformas que van a tocar los mayores poderes del país que quieren que la sociedad chilena se mantenga cómo ha estado hace más de un siglo y reproduzca el modelo elitista.
-Gutenberg Martínez afirmó que Chile necesita poner énfasis en su economía y que eso requiere decisiones. También asegura que las expresiones refundacionales no ayudan.
-Creo que hay muchos que son nostálgicos de la vieja Concertación y el statu quo y de mantener al país como el más desigual del planeta, de mantener al país con un modelo educacional que no es el instrumento para generar igualdad de oportunidades y habilitar a los chilenos para una sociedad del siglo XXI. Y, tal vez, por distintas razones, no les dan el valor suficiente a estas reformas, que no son refundacionales, que más bien es restablecer lo que Chile tuvo en su historia republicana. ¿Que la educación es un derecho es refundacional? ¿No tener una Constitución que lleva la firma de Pinochet? ¿Tener un país que deje de ser uno de los más desiguales? No le encuentro nada de refundacionales a estas reformas, sino que igualan a Chile en materia de derechos y avances en el planeta.
-Usted ha hablado de fácticos que buscan impedir los cambios. ¿Hay fácticos en la Nueva Mayoría?
-La Concertación perdió porque, por distintas razones, no tuvo la capacidad de entender que había una demanda profunda de la sociedad respecto a llevar a cabo un proyecto de transformación, que no era refundacional sino de los mínimos. Es evidente que durante la vieja Concertación muchas veces los acuerdos y consensos fueron para bloquear los cambios que la sociedad demandaba, y hoy la Nueva Mayoría y la Presidenta representan una reparación. Hay una vieja concepción de la vieja Concertación en que la gobernabilidad se construye entre oposición, Gobierno y mundo empresarial, y que conciben los acuerdos público privados de la misma manera.
”Si en los últimos 25 años ha habido una Presidenta con coraje para plantear desafíos que tocan los intereses de la sociedad, con decisión política y liderazgo, es esta”.
”No estimo que su crítica vaya en esa línea, pero la crítica del Presidente Lagos la hace en un momento que, tal vez, no es el más adecuado”.