por El Mercurio
“No hay nada peor que la gente que reparte la torta antes de tenerla. Tenemos la convicción de que vamos ganando la elección y comenzaremos a invitar al balcón cuando tengamos el resultado en la mano”, afirma Carolina Tohá, sentada en su oficina del palacete neobarroco que hace unos años fue sede del Partido Radical y que hoy pertenece al bar The Clinic -“que me lo arrendó, no prestó”, aclara- donde tiene su comando la candidata de la Concertación que apuesta a desbancar a Pablo Zalaquett del municipio de Santiago.
Consciente de que se ha convertido en la “batalla” más emblemática de las municipales 2012, que ayer entraron en su recta final, Tohá no quiere hablar de triunfos ni proyección política de esta contienda comunal, aunque afirma que sus encuestas ya le anticipan el triunfo.
Con una visión muy crítica de la gestión de la Alianza en el Gobierno y en el municipio santiaguino, en todos los ámbitos, dispara contra el actual alcalde UDI: “Hay áreas en las que gasta mucho y los resultados son extremadamente pobres, como el caso más emblemático que es seguridad”, afirma. Sabe que su fortaleza está en los nuevos electores de Santiago.
Su oficina habla de la apuesta juvenil que hizo el publicista Leo Farfán en el diseño de su campaña, una bicicleta con casco junto a su escritorio, mesas multicolores y mucha fruta. Desde su campaña a la FECh hasta el juramento como ministra de Bachelet, y un lugar especial para fotografías de su padre junto a Salvador Allende, decoran las paredes de este comando que encabeza el ex director del Sernac, José Roa, como coordinador de un gran equipo que recientemente han reforzado figuras como la ex subjefa de programación de Michelle Bachelet, María Eugenia Paris, quien lleva la agenda de la candidata.
-¿Con este acento juvenil está apostando muy fuerte por los nuevos electores que llegaron a Santiago?
-Estamos apostando por todos los electores, y ciertamente tomamos muy en serio que en esta elección el padrón se haya duplicado en Santiago por el 43% en que aumentó su población. Esta elección municipal es la más incierta desde que volvió la democracia; hay un cambio gigantesco en el país, y en Santiago eso está exacerbado al máximo.
-Se ha definido a Santiago como la “madre de todas las batallas”. ¿De qué manera se está haciendo cargo de eso la Concertación en su campaña?, ¿con dinero, infraestructura, encuestas, análisis político?
-Me he sentido muy apoyada, no sólo por la Concertación, sino que también por toda la oposición y por muchos actores del mundo social, pero ni en esta elección ni en anteriores he visto que las fuerzas políticas se hagan cargo de una campaña.
-¿La activa participación del diputado Felipe Harboe o el senador Guido Girardi está relacionada con sus propias contiendas parlamentarias del 2013?
-Los dos son parlamentarios en ejercicio por la comuna, tienen compromiso con lo que aquí pasa y estoy agradecida de lo que Felipe ha hecho, que ha sido muy importante para nosotros, y del apoyo permanente de Guido; y también de personas que no son de la comuna, como Soledad Alvear, y de las fuerzas del Partido Comunista, con quienes hemos trabajado muy bien.
-¿Su aspiración es crear a partir de Santiago un gran frente opositor más allá de la Concertación, que es la coalición opositora peor evaluada de la historia según las encuestas?
-Estamos en un proyecto de conformar una nueva mayoría en la comuna, y a futuro en el país, más allá de cualquier conglomerado que exista, y sobre todo recogiendo distintas fuerzas y muchos actores locales que no quieren incorporarse a ninguna plataforma partidista, pero sí a un proyecto comunal.
-¿Con eso busca presidencializar esta elección y convertirla en antesala de la carrera a La Moneda y el Parlamento del 2013?
-Lo veo de otra manera. En Chile hay un ciclo que se terminó, y en el que viene estoy convencida de que es muy importante dar una mirada distinta de los actores, temáticas y problemas locales, que siempre han sido tratados en un segundo orden. Mi decisión de ser alcaldesa y de venir a esta comuna a emprender un proyecto tiene que ver con que se juegan muchas cosas importantes para el proyecto de sociedad que tenemos.
-En ese sentido, ¿le juega en contra ser una política tradicional, ex dirigente estudiantil, parlamentaria, ministra y presidenta de su partido, el PPD?
-Soy una política y creo que hay algo muy tradicional de los políticos que no hago, que es esconder que lo que estamos haciendo Zalaquett y yo es política, pero no tengo una trayectoria tradicional. Me fui de Chile a estudiar cuando todos los políticos se vinieron porque llegaban la democracia y los cargos; me fui del Parlamento cuando todos se quedaron con reelección asegurada; enfrenté el trabajo en los partidos cuando todos le hacían el quite, y, ahora, que nadie se atreve a enfrentar a alcaldes en ejercicio y piden sandías caladas, estoy compitiendo y alcanzando a un alcalde en ejercicio.
La “previa” de la presidencial y el factor Bachelet
-¿Siente la presión de esta batalla emblemática, que además constituye la primera medición electoral de la Alianza?
-Sin duda es un termómetro, hay un municipio y un gobierno del mismo signo político, y al votar la gente está expresando un juicio que es muy crítico, sobre todo respecto de la principal promesa que esta fuerza trajo en seguridad y gestión de excelencia. Pero es mucho más profundo lo que está en juego, ésta no es la previa de la presidencial, sino de un nuevo ciclo político que tiene que iniciarse en el país y que yo voy a empujar con mucha fuerza.
-¿Pero no le ha dado usted misma un carácter de la “previa” al intentar mimetizarse con Bachelet, incluso con un holograma en que ambas se confunden?
-Nuestra campaña no se basa en la Presidenta Bachelet, sí en el orgullo de haber sido y querer seguir siendo parte de un proyecto con ella. No es novedoso que el liderazgo más importante de la oposición esté en mi campaña: todas las campañas de la oposición tienen a Michelle Bachelet, la novedad es que el alcalde tenga totalmente escondido al Presidente.
-Se ha instalado la idea de que ella hará un gesto hacia su candidatura, incluso que vendrá a apoyarla, ¿es efectivo?
-No sé si eso sucederá, y las razones por las que ganaremos en Santiago no tienen que ver con tácticas de último minuto, sí con la necesidad de otro tipo de gestión del municipio. La gente siente que eso no está representado en la gestión que la derecha le propuso al país.
-Si gana el 28 de octubre, ¿a quién invitará al balcón del municipio?, ¿a Bachelet, que probablemente venga a votar? Es la postal de la elección y simbólicamente el arranque de la presidencial y la parlamentaria.
-No hay nada peor que la gente que reparte la torta antes de tenerla, tenemos la convicción de que vamos ganando la elección y comenzaremos a invitar al balcón cuando tengamos el resultado en la mano.
”Esta elección municipal es la más incierta desde que volvió la democracia; hay un cambio gigantesco en el país, y en Santiago eso está exacerbado al máximo”.
”Me he sentido muy apoyada, no sólo por la Concertación, sino que también por toda la oposición”.
“Se gasta mucho y los resultados son pobres”
-Usted propone una gestión participativa para Santiago en presupuesto, convenciones, ¿qué temas plebiscitaría?
-Hay un plano regulador pendiente en la zona sur de la comuna, donde no se han limitado las alturas y los vecinos ven con horror que se siguen autorizando nuevas obras.
Pero es la única en trámite de las tres en que el alcalde Zalaquett dividió Santiago para modificar el plano regulador.
-Claro, pero no se ha terminado, y soy partidaria de congelar la entrega de permisos en esa zona hasta que esté listo. Se necesita un plano regulador de nueva generación. El tema patrimonial no es de alturas solamente, hay que regular con más detalles las zonas mixtas, para lograr un equilibrio mucho más armónico entre residentes, comercio y empresas. Además, Santiago debe ser muy exigente en pedir una reformulación del subsidio de renovación urbana.
-¿Cómo obtendría los fondos que requiere un gran rescate patrimonial? Una de las fortaleza que esgrime Zalaquett es haber duplicado la inversión física en la comuna.
-Basta con mirar a nuestro alrededor. En Perú, Ecuador, Argentina hay experiencias mucho más avanzadas de rescate patrimonial. En lo que se refiere al presupuesto municipal, hay varios problemas. Se gasta mucho en algunas áreas y los resultados son extremadamente pobres, como el caso más emblemático, que es seguridad.
-Según la última Encuesta Nacional de Seguridad de Carabineros, la delincuencia ha bajado un 15% en la comuna y los policías subieron de 50 a 300. ¿Qué podría hacer como alcaldesa en un problema que excede a la comuna?
-El municipio tiene un rol muy importante en lo preventivo y como coordinador de los organismos especializados, como policías, fiscalía, Sename. No sacamos nada con aumentar carabineros si no trabajan con la seguridad ciudadana. La encuesta de victimización de Paz Ciudadana y los delitos que registran las policías suben, y la única encuesta que arroja una baja es la del INE, porque no considera los robos de autos.
-Respecto a la gestión en salud, ¿considera un avance que después de 12 años se haya creado el primer consultorio con especialidades y se construya el segundo?
-Es muy importante que se haya hecho el consultorio y se destinen recursos significativos a salud, pero no hay una respuesta adecuada a la enorme desigualdad y al déficit en la atención primaria. Hoy, toda la gente atiende sus urgencias en la Posta Central, no hay razón para que otras comunas tengan consultorios de estándar A y aquí ni siquiera el nuevo tenga.
En cambio, hay un ítem de gasto altísimo en eventos, fiestas, paseos, con un salto en los últimos meses. No me opongo a la entretención, pero el municipio no puede transformarse en una productora de eventos.
-El alcalde destaca que ha hecho millonarias inversiones en políticas sociales y en los liceos de la comuna.
-El problema en educación es muy grave, se ha perdido la capacidad de diálogo y colaboración con las comunidades escolares; la política del alcalde Zalaquett ha traído más conflictividad, inseguridad y violencia. El municipio de Santiago no tiene la llave para solucionar el problema, pero podría hacer un gran aporte en restablecer un clima de convivencia y generar propuestas. Se habla siempre de los liceos emblemáticos, pero la verdadera realidad es que los resultados de la comuna son inferiores al promedio nacional.
-Usted fue muy crítica de los desalojos, ¿cree que con diálogo se habría impedido que muchos jóvenes perdieran nuevamente el año?
-No habría esperado a que hubiera tomas para sentarme a conversar con las comunidades escolares.