Por Juan Rada – Agosto 2011
La perspectiva de esta nota no tiene la ambición de cubrir la cantidad de aristas de la temática del país. Se enfoca en cuatro ejes estratégicos que Chile necesita resolver como sociedad si quiere alcanzar un nivel de desarrollo sustentable en todo el sentido de la palabra; sostenible en el tiempo y congruente con el medio ambiente. Estos ejes son nudos gordianos y las políticas que se sugieren se complementan y refuerzan entre ellas ya que se requiere buscar un “modelo”, un “estilo“ y un “marco de desarrollo” cuya construcción lleve a un círculo virtuoso en que los objetivos esenciales de crecimiento con igualdad, se desarrollen paulatina y continuadamente. Este marco debe tener suficiente contenido y perspectiva para movilizar diversos grupos de opinión y al mismo tiempo neutralizar las reticencias al cambio con un proceso incluyente de todos los que pueden y deben contribuir. Resolver estos temas requiere al mismo tiempo cambios políticos que se han comentado ampliamente. Estos cambios políticos requieren, sin embargo, una sustentación programática que permitan sumar mayorías para hacerlos posibles, en otras palabras explicar el para qué de los cambios.
Aquí no se discuten los temas de la institucionalidad política y la modernización del Estado que son temas que surgen inevitablemente como demandas para la ejecución de la agenda. Los ejes básicos se argumentan más abajo, pero como títulos son:
- Crear un proceso, una especie de sesgo de la sociedad a igualar las oportunidades en la conducta cotidiana del mercado de bienes y servicios.
- Desarrollo de la competitividad – Crear un modelo de innovación y competitividad económica que vaya más allá de las proposiciones actuales.
- Transformar la educación como sócalo indispensable de 1 y 2, no sólo en su institucionalidad (en amplio debate en la actualidad) sino también en sus propios procesos educativos.
- Cambiar la matriz y eficiencia energética para reforzar y viabilizar el punto 2
- Áreas críticas pendientes
El punto 5 toca áreas que no se cubren aquí, pero esenciales para completar los componentes básicos del “modelo virtuoso”. Se comentan tres áreas. La primera, crítica en un modelo de “círculo virtuoso” es el tema laboral que ha recibido menos atención de la que merece pero donde ha habido contribuciones recientes importantes. Sin un cambio significativo en esta área el modelo se queda cojo y de hecho no sería capaz de obtener los resultados necesarios para dar el salto que se necesita. Lo segundo es el modelo deseable de seguridad social y el tercero es la modernización del Estado, en particular la necesidad de desarrollar nuevas políticas públicas.