¿Cuánta electricidad podemos producir con energía geotérmica y solar al año 2025? ¿Qué hacer para aumentarla? A fin de precisar lo que es posible, la Fundación por la Democracia, con el auspicio del Ministerio de Energía, la presencia de expertos internacionales y el apoyo de la empresa Origin, abordó este tema, para despejar mitos.
En geotermia, Chile posee más de 100 volcanes, se han otorgado más de 70 concesiones y hay más de 10 empresas interesadas. El potencial se estima en 16.000 MW, y, sin embargo, no hay instalado ni un solo megawatt de potencia para generación eléctrica.
El norte de Chile es considerado una de las regiones de más alta radiación solar del mundo. Se estima un potencial de 100.000 MW; sin embargo, a la fecha hay solo 4 MW instalados para generar electricidad fotovoltaica y 25 MW están en construcción.
Las estimaciones son aun vagas en cuanto a volúmenes, costos, tiempo para uso comercial de las nuevas tecnologías, desconocimiento en cuanto a la brecha entre el potencial de una fuente y su transformación en electricidad, escasa consideración a los requerimientos de transmisión. Chile no tiene aún una estrategia de largo plazo.
Nuestro país es el más vulnerable de América Latina. Importamos 70% de nuestra energía primaria (petróleo, gas, carbón), tenemos la energía más cara de la región y su actual producción es altamente contaminante.
Para 2025 necesitamos duplicar el consumo per cápita de electricidad (hoy, Chile consume menos de la mitad del promedio de la OCDE). Requeriríamos alrededor de 12.000 MW adicionales de potencia.
De las consultas técnicas, científicas, empresariales, se deduce hoy que sin cambios no se instalarán más de 100 MW en geotermia y 100 MW en energía solar.
Si nos esforzamos, aplicando políticas eficaces y coordinadas, podríamos alcanzar 500 MW geotérmicos y 500 MW solares; es decir, no más de 1.000 MW de los 12.000 que necesitamos en 2025.
Por lo tanto, debemos responder dos preguntas:?
¿Qué hacer para llegar a 1.000 MW en 2020-25 y prepararnos para un salto mayor en la próxima década? ¿Con qué fuentes generar el resto, 11.000 MW, de modo sustentable y a precios competitivos?
Tres prioridades son inescapables para elevar la producción de estas energías renovables:
1. La transmisión debe ampliarse e interconectarse. El Estado debe jugar un papel relevante para garantizar más capacidad instalada. Esto es igual que las carreteras y la vialidad del país. En ese rubro, el Estado diseña y actúa. Puede hacerlo vía concesiones, aliándose con el sector privado. Si no se amplía la capacidad instalada de transmisión, no habrá nuevas empresas que se instalen, ni pequeños que generen, ni generadoras con energías renovables, cuyas fuentes están situadas en lugares distantes y hoy no se pueden conectar al sistema.
2. Las energías renovables, especialmente la solar, requerirán de un esfuerzo mayor, de vanguardia. Debemos crear incentivos y, quizá, una empresa pública. Debemos instalar de manera permanente institutos de investigación en energía solar y geotermia —ya hay dos proyectos financiados por Fondap- Fondecyt, recién partiendo) y formar especialistas y técnicos desde ya. Solo si nos preparamos, podremos aprovechar la reducción de costos en marcha.
3. Hemos de cuantificar bien lo que realmente podemos producir en los próximos años, y no vivir de mitos que terminen en puro carbón, que es más rápido de instalar, más cercano a los centros de consumo y más barato.
Es necesario aclarar y actuar de inmediato. El Estado tiene la responsabilidad de trazar el camino, consultando a los distintos actores, e impulsar un plan realista que permita proveernos en cantidad suficiente, a menor costo y con menor contaminación en los próximos 10 años.
Sergio Bitar