Por Gonzalo Navarrete y Roberto Araya
Los avances tecnológicos se están acelerando. La inteligencia artificial, aprendizaje por máquinas, minería de textos e imágenes, reconocimiento de voz, redes sociales y tecnologías genéticas están cambiando el mundo a uno más conectado, dinámico e instantáneo.
La naturaleza del trabajo está cambiando y ese fenómeno se acelera. Vehículos y supermercados autónomos, servicios automatizados de atención a clientes, manufactura por robots, “big data” de interacciones sociales, además de otras innovaciones disruptivas dejarán completamente obsoletas muchas profesiones y oficios.
Un estudio reciente de la Universidad de Oxford, sobre las 702 ocupaciones catalogadas por el Departamento del Trabajo de EE.UU., estima que la mitad está en alto riesgo de automatizarse en los próximos 10 a 20 años; sin embargo, emergen demandas de nuevas habilidades y conocimientos. Todo esto significa enormes desafíos en educación. Nuevos currículos para enseñanza básica y media –en todo el mundo– hablan de concentrarse en prácticas y habilidades, además de conocimientos: aprender a trabajar en equipos multidisciplinarios; desarrollar mayor perceptividad social y capacidad de persuasión; desarrollar la habilidad de crear e implementar ideas inusuales; aprender a reconocer y apreciar similitudes y diferencias. También el desafío está en aprender a construir modelos físicos, biológicos, computacionales y matemáticos; integrar las ciencias y dejar de aprenderlas por separado, lo que se denomina STEM (por sus siglas en inglés para Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas); integrarlas con humanidades y artes. En Corea del Sur lo rebautizaron STEAM, donde han agregado la A de Arte.
Por otra parte, hoy en día PISA está desarrollando tecnologías para medir el trabajo en equipo y Carnegie Mellon desarrolla tecnologías para revisar ensayos. Por esta razón, el próximo 20 de octubreel Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, asociado con la Ilustre Municipalidad de Lo Prado, han organizado la Conferencia Internacional “El Futuro del Trabajo y la Educación”, con la participación de destacados expositores internacionales del Language Technologies Institute de la Universidad Carnegie Mellon y del Learning Science Research Institute de la Universidad de Illinois, que lidera en educación y su medición.En la feria aeronáutica de París de 1914, Sperry mostró el primer vuelo comandado por un giróscopo. Luego, en 1947, se hizo el primer vuelo completo desde EE.UU. a Inglaterra sin intervención humana. En 1995, Carnegie Mellon desarrolló el primer vehículo sin manos al volante que recorrió EE.UU. y, en 1986, implementó Sphinx, uno de los primeros sistemas reconocedores del habla. Con estas innovaciones choferes y asistentes desaparecerán, tal como ya ocurrió con los caballos en el transporte y en la agricultura.
Estamos en un momento crucial diseñando la Reforma Educacional. Necesitamos entonces imaginar el futuro del trabajo y el de la educación. Para ello debemos concebir un nuevo paradigma de “calidad de la educación” y sus instrumentos de medición, redefinir los aprendizajes pertinentes y las habilidades a promover. Necesitamos pensar cómo formar ciudadanos que no sean espectadores sino actores, que no actúen aislados sino sincronizados, y que comanden su futuro y el de su comunidad.