Se trata de países que siempre hemos considerado amigos. Estas visitas son una muestra del alto nivel que han alcanzado las relaciones bilaterales con dos países clave del Atlántico.
Con Brasil, la relación política se ha estrechado, ha crecido el intercambio comercial y las inversiones, y se han revitalizado todas las instancias de diálogo y trabajo conjunto, incluyendo el ámbito multilateral. Durante la visita del canciller Vieira suscribimos un memorándum de entendimiento para realizar en conjunto proyectos de cooperación sur-sur, en beneficio de países con un menor desarrollo relativo en América Latina, y más adelante en Africa. De esta reunión surgió también la idea de explorar el establecimiento de un mecanismo 2 + 2 entre los ministros de Defensa y de Relaciones Exteriores de Brasil y Chile, un paso sustantivo en la voluntad de trabajar juntos en un área que expresa -como pocas- la capacidad real de integración regional.
El canciller uruguayo realizó una de sus primeras visitas bilaterales fuera de su país. Un objetivo de su presencia en Chile fue avanzar los detalles para la visita del Presidente Tabaré Vázquez, quien asumió a comienzos de marzo pasado. Con el canciller Nin desarrollamos una intensa agenda de trabajo, como el intercambio de información en torno a derechos humanos, una mayor sintonía en Unasur y Celac, cooperación con terceros países vía proyectos triangulares, el incremento de las inversiones chilenas en Uruguay, nuestra experiencia para el proceso de Visa Waiver con Estados Unidos y los avances para suscribir un tratado de doble tributación, entre otros temas.
Sin embargo, quiero destacar algo más de fondo. Y es que Chile tiene una excelente relación con los países del Pacífico y los de la costa atlántica. Se tiende a caricaturizar las diferencias entre ambas orillas del continente y a oponer burdamente la Alianza del Pacífico y el Mercosur. Hay diferencias evidentes, pero no creemos que ambos bloques sean antagonistas. Tenemos modelos distintos de inserción en la economía internacional, pero existen muchos asuntos en común. Más aún, coincidimos con Brasil y con Uruguay en la necesidad de un proceso de convergencia pragmática que nos brinde a todos un mejor pie para negociar en un mundo en que las regiones negocian entre sí y para hacer presente, en el ámbito internacional, las especificidades y necesidades particulares de América Latina.
Chile ha sido un gran impulsor del diálogo entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur, y en ello hemos encontrado un apoyo directo y claro de Brasil y Uruguay. De hecho, en este mismo sentido, Brasil ha propuesto la realización de una reunión de ministros de Agricultura de la Alianza del Pacífico y el Mercosur.
Un tema que nos preocupa y nos concierne, y que estuvo en las agendas de ambos encuentros, es la integración física. Es muy importante que logremos avanzar en los corredores bioceánicos que otorguen fluidez y volumen al comercio de las economías del Atlántico con las del Asia Pacífico.
La red de acuerdos comerciales de Chile, nuestra ubicación privilegiada y una creciente infraestructura de comunicaciones nos permiten situarnos como país puerto y puente para el comercio de la región con la cuenca del Pacífico. Es un asunto de mutuo beneficio, donde los países del Pacífico y del Atlántico tenemos mucho que ganar.
Heraldo Muñoz
Ministro de Relaciones Exteriores
Fuente: La Tercera