Por Julio Reyes V. Cientista Político
Hoy se expresa un potente y transversal movimiento ciudadano en Aysén; ayer fue en Punta Arenas y Calama reclamando contra el centralismo y también, debemos sumar a los damnificados de la VII y VIII región que han venido reclamo contra la lentitud de la reconstrucción. Muchos de esos problemas se han generado por el excesivo centralismo en la toma de decisiones de este Gobierno que ha debilitado la autonomía de las regiones y las decisiones se volvieron a re-centralizar en la Moneda.
Incluso para resolver un apoyo a los damnificados de Toconao; el Ministro de Economía tuvo que llamar directamente al director del INDAP para gestionar un suplemento de recursos para los damnificados de la II región por el invierno boliviano. Revelador de que las autoridades regionales no tienen capacidad de decisión y no son interlocutores para los jefes de servicio.
Es un retroceso para el país este Centralismo y la fuerte incapacidad de las autoridades regionales para resolver en terreno los problemas de las regiones. Ello explica el grito de la ciudadanía que exige transferencia de competencias y recursos a las regiones.
Para el gobierno derechista estos movimientos ciudadanos regionales le resultan inexplicables y no los puede comprender. Incluso algunos (como el Ministro de Economía) acusan de “mano mora santiaguina” ya que revisan la planilla Excel del 2011 y ven que la XI región creció su PIB regional o ha bajado el desempleo en las regiones. En el disco duro de los ministros / gerentes y que miran la planilla Excel no encuentran respuestas a estos movimientos ciudadanos que quieren que el desarrollo y las oportunidades también lleguen a sus regiones.
Las regiones quieren que las decisiones que los afectan se tomen in situ y no en Santiago. Quiere que se respete la opinión de la comunidad rechaza que esa decisión sea revertida en un órgano centralizado en Santiago -como ocurre con los proyectos que tienen efectos negativos en el medio ambiente regional-.
En el caso de las zonas extremas quieren una política pública activa y equitativa que integre al desarrollo a esas comunidades. En el caso de Aysén su petitorio regional junto a la búsqueda de formas de mitigar el alza de los combustibles, la comunidad pide Salud de calidad y una Universidad pública regional de alta calidad, ya que un factor que genera efectos centralistas es la ausencia de buenos sistemas de educación y de salud que obligan -en especial a la juventud- a migrar hacia el centro.
Esta petición de más descentralización y de mayores recursos para la vida regional es transversal y la elite política debe asumirla. Las comunidades regionales y locales quieren más horizontalidad, más capacidad para tomar decisiones autónomas y eso es simplemente: más democracia y por eso tienen el apoyo de la mayoría política y social del nuevo Chile.