Si no fuese porque hubo fútbol las primarias del domingo, probablemente, se hubiesen empinado por sobre los dos millones de electores. Esta cifra refleja un alto interés por participar de este tipo de procesos pero, sobre todo, muestra que la derecha aprendió la lección del 2013 e hizo un esfuerzo serio por movilizar a sus electores y adherentes. Así es, la cifra que revela que 1 de cada 5 votos que obtuvo el candidato ganador, provienen de 7 comunas -Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, La Reina, Ñuñoa, Providencia y Viña del Mar-, da cuenta del esfuerzo que se hizo en bastiones tradicionalmente asociados a ese sector político.
A través de una oferta variada como la que mostraron Ossandón, Felipe Kast y Piñera activando redes sociales, mensajes por WhatsApp y movilización territorial, la derecha mostró que ya sabe que no basta la cuantiosa publicidad política ni el enorme derroche de recursos que ha mostrado habitualmente, sino que debe lograr mover a los propios. Esta es una señal fuerte para sus adversarios, resultando un impulso importante para la candidatura de Sebastián Piñera.
De paso, los resultados también evidencian un agotamiento de los análisis tradicionales o mediáticos. El debate fue sobrevalorado y no tuvo las consecuencias para Piñera que se anunciaron. La idea de que el fútbol iba a mermar significativamente la participación, tampoco. Ni la siesta ni el asado sedujeron a los miles que participaron ayer. La gente fue temprano a votar y ordenó sus prioridades en torno a ello.
Por otra parte, el Frente Amplio adquirió carta de existencia y, como ellos mismos han recalcado, para ser su primera elección nacional como conglomerado, no anduvo nada mal. Es cierto que antes hubo coaliciones alternativas que en su primera elección obtuvieron más votos (el MIDA en 1992 y el Juntos Podemos Más en 2004 y 2008), pero fue con voto obligatorio, y en elecciones municipales y no en primarias. Meritorio lo del Frente Amplio.
El punto es que ellos dicen dos cosas de lo que el resultado de ayer no se puede escapar: lo primero que han persistido es en que pasarán a segunda vuelta y que sus rivales están “desesperados”. Lo cierto es que con poco más de 300 mil votos no da para desesperar en modo alguno, y es una cifra insuficiente para competir con posibilidades la presidencial. Lo segundo que han repetido insistentemente, es que ellos son quienes verdaderamente representan a la ciudadanía. Eso, también queda desmentido en las cifras. Como en toda democracia las coaliciones representan porciones de la ciudadanía que se ven representadas o identificadas con cada agrupación. Y el Frente representa una parte del electorado, aún cuando en sus discursos, majaderamente, quiera representar el todo.
La Nueva Mayoría estuvo ausente de esta cita. Esto ha significado un costo alto. Quienes tradicionalmente votan por esta coalición vieron por la tele desarrollarse debates, franja y variadas noticias sobre las otras candidaturas. No existió en las primarias una opción progresista a la cual adherir.
La Nueva Mayoría, pese a haber impulsado la ley de primarias, ha mostrado una resistencia a este método de selección de candidatos, así ya lo evidenció en las municipales. El punto es que la coalición se ahorra problemas no yendo a una elección, pero desaparece de escena, regalando a sus adversario todo el terreno durante un mes.
La reciente encuesta Adimark que muestra un nuevo descenso de la candidatura de la Nueva Mayoría confirma esta apreciación. Hay un juego suma cero entre las opciones de Goic y Guillier que no está mostrando ni el crecimiento al centro que supuestamente traería una opción propia de la Democracia Cristiana ni las supuestas ventajas que traería una opción de la izquierda de la coalición oficialista. Queda poco tiempo para reparar. De no prosperar una línea de trabajo sólida y creíble, la coalición de centroizquierda se encamina a una derrota que puede ser estratégica.
Finalmente, la participación en las primarias, sobre la base de los votos válidamente emitidos, alcanzó un porcentaje de 36,33% de la última elección municipal. Es decir, comparando cifras, poco más de un tercio de quienes votaron en la última elección lo hicieron ayer. Hay que recordar que la municipal anterior se caracterizó por una muy baja participación. Es por ello, que hay que tener cuidado con el diagnóstico optimista que está participando más gente en este tipo de eventos, puede ser que estemos hablando de cifras similares puestas en un contexto distinto. Lo veremos en noviembre.