EL MUNDO ESTÁ CAMBIANDO. CHILE ESTÁ CAMBIANDO
Las democracias se hacen estrechas para esta ciudadanía que quiere participar y ser tomada en serio. Se agranda la distancia entre las personas y quienes debieran ser sus representantes y el reclamo crece y se extiende por latitudes diversas. La economía global es frágil y las grandes potencias no dan con la solución, no ofrecen salidas y se empantanan en su propias tensiones internas.Este momento trae inquietudes pero también grandes esperanzas. En su trasfondo hay una demanda por cambios y un reclamo contra la tiranía de la alternativa única, de la falta de opciones. Venimos saliendo de una era sin sueños. La globalización impuso como lengua franca la búsqueda del beneficio económico, el imperio de los negocios y la especulación financiera. Hoy, la gente nos pide ir a por más. Le reclama a la política mayor ambición para buscar una mejor alternativa para los pueblos.
En Chile, este nuevo cuadro se expresa con fuerza. La aceptación de los chilenos a los límites de nuestra democracia y la imposibilidad de reformas profundas a nuestro sistema social parece estar llegando a su fin. En su lugar, hay impaciencia y malestar. La llegada de un gobierno de derecha, con su arrogancia y torpe manejo de los asuntos públicos, ha acelerado el descontento. La demanda por cambios, por reformas a la educación, por protección del medio ambiente, por reglas laborales más justas, por mejor democracia, se encuentra con un muro de insensibilidad y ortodoxia neo liberal. Sin embargo, las fuerzas políticas opositoras al gobierno no somos reconocidas por la gente como una mejor opción.
Hay una ciudadanía contraria al actual gobierno que reclama por reformas en las que siempre ha creído nuestro sector y, sin embargo, no se siente representada por nosotros ni interpretada por nuestro desempeño cotidiano. Esta fractura es preocupante y representa un desafío que no podemos seguir eludiendo. Hay un mensaje ciudadano al cual no podemos darle la espalda que nos está diciendo: Así, no! Así, no más!