Por Amauri Quilaleo
El foco que hoy ilumina las decisiones de la Presidenta, a mi parecer, debe partir por devolver la confianza en las decisiones y no de los personajes que las toman, y eso se ve muy bien reflejado en la potente señal de las “72 horas” ya que demuestra que el privilegio no existe y que todos son evaluados por la Presidenta, quien es y será la cabeza de los cambios que están ocurriendo en nuestro país.
Las ciencias nos demuestran que siempre que ponemos el foco bajo un objeto de estudio es imposible no generar “sombras”; son estas sombras las que hoy preocupan al mundo político, manifestadas en los nombres, aquellos partidos que antes de cualquier posición preguntan por su cuota, sombra es quien está a espalda de la presidenta operando, sombra son los titulares sediciosos de la prensa sensacionalista y amarillista de nuestro país concentrada en las manos del conservadurismo poco iluminado de una sociedad libre-mercantil de transacciones básicas y de flojera intelectual. El problema ruidoso, es que esta sombra, se encuentra bajo el cuestionamiento y el nulo análisis crítico.
Al tener una Presidenta que conoce cuáles son sus sombras, podemos afirmar, que estas sombras no nublan el ideario de un gobierno transformador, un gobierno que dejó atrás el sistema más cruel y poco democrático, que dominó en los últimos 25 años, empatando las ideas de muchos con las de unos pocos.
Chile está cambiando y por lo mismo no es grave que cambien los rostros, lo grave es que cambie lo ideológico de un gobierno clarito en sus argumentaciones de transformación social. Si bien hay que seguir avanzando y la postura de muchos será pasar más aun el “tejo” transformador, con lo que hemos visto podemos decir que somos unos privilegiados, ya que chile cambia frente a nuestros ojos, y no solo en lo estructural, sino también en lo cultural. Me atrevo a decir que cambia lo cultural, ya que estamos dejando atrás a la sociedad de los miedos, aquella que creció en dictadura, aquella que aunque esta haya terminado, continúa inmersa en los vaivenes oscuros que impiden los cambios.
Volviendo a las 72 horas, es importante decir que aquellos que están con el terno azul limpio y planchado, podrán seguir esperando, porque este Gobierno no se construye con el terno de pata ancha acompañado de zapato punta cuadrada noventero, sino del ajustado acompañado de zapato puntudo y corbata delgada. Este traje, que cubre a los nuevos liderazgos, se encuentra lleno de ideas y méritos, esta trabajado en el seno del trabajo social y político, además no ostenta mantener herencias oligárquicas concertacionistas
La vieja guardia está esperando, con los cuchillos largos quiere que se les llame para poder influir en el Chile que antes no fueron capaces de cambiar. No niego la posibilidad de que existan antiguos ministros u hombres canos participes de gobiernos anteriores que hoy quieran influir en transformaciones mayores. Dentro de mi propio partido (PPD) encontramos personajes de este tipo, pero a aquellos que no hicieron los cambios necesarios en su momento, actualmente no le garantizan a la ciudadanía poder realizarlos, es por ello que si llegamos a ese plano, lo importante es que los partidos construidos por hombres y mujeres leales con la presidenta luchemos con ideas y con toda la fuerza necesaria para que el chile transformador de 14 meses de vida no decaiga en virtud ni fuerza.
El llamado no es a “preparar el terno”, sino a cambiar el terno por la zapatilla cómoda y comenzar a recorrer nuestro país con las ideas y las reformas que este Gobierno del cual formamos parte nos plantea. desde tu escritorio o desde tu celular donde lees esta columna no se cambia Chile y todos los cambios que hoy nos plantea, por ejemplo la comisión Engel, tienen que ver con el esperado encuentro de frente a la ciudadanía.