Hace un par de días vimos al Presidente Piñera firmando un decreto fuerza de ley, con la clara misión y objetivo que las FFAA se pongan a disposición para combatir el narcotráfico en las fronteras del país. Por tanto, cabe preguntarse, ¿las policías están cumpliendo sus tareas u objetivos? ¿Existe información que no maneja el país con respecto al contrabando de drogas? ¿O acaso el gobierno pone en la mesa esta acción para una solución parche, tal como fracasó el comando jungla? ¿Cuánto es el costo operativo y logístico para el país?
Sin duda muchas interrogantes que vamos a analizar tranquilamente en este espacio. El primer cuestionamiento es el porqué las FFAA deben realizar tareas o misiones que no están estipuladas en su mandato y fuera de toda reglamentación con respecto a sus funciones operativas, logísticas, entrenamiento, disuasión y resguardar el territorio y preparación en caso de conflicto bélico. He aquí un elemento clave, en que el Presidente comete su primer error, debido a que para tomar tal decisión existen comisiones en el legislativo que pueden contribuir a una propuesta más sólida y equitativa.
Aquí se podría haber generado un estudio más profundo y la definición de sus tareas, por lo tanto se ve inmediatamente una medida desesperada de mostrar seguridad al país o una definitiva instrumentalización de las FFAA con fines políticos. Debemos agregar que claramente podrían realizar tareas de apoyo y trabajo directo en temas de emergencia o reestructurar la ONEMI, donde puedan cumplir funciones de primera línea. Eso es mucho más colaborativo y de una fuerza tarea que puede realizar perfectamente dichas instituciones, sin interferir las labores específicas de las policías.
Otra cosa, ¿porqué no profesionalizar y preparar de mejor manera nuestras policías? Tenemos claros ejemplos en nuestra región, como en Uruguay, por ejemplo, donde se han preparado y proyectado como una fuerza policial del siglo XXl, incrementando cuarteles y personal, y fomentando el trabajo colaborativo con el mundo civil.
Asimismo, sería bueno transparentar el gasto que se destinará a estas nuevas fuerzas operativas, en recursos humanos, logística e inteligencia militar, y analizar si es conveniente generar esa inversión extra o mejor invertir en las fuerzas policiales y tener instituciones en la vanguardia latinoamericana, con visión de futuro.
Más allá que esto se vea como una solución, como pretende el Gobierno, se podría generar un impacto político y social negativo, sobre todo con nuestros países vecinos, y queda la sensación de estar bajo un estado de amenaza permanente ante cualquier situación en la frontera, como si estuviéramos rodeados por carteles del narcotráfico. Al dejar que las FFAA se sumen a esta labor de control deja entrever que falta mayor trabajo policial y número de funcionarios.
Hay que recordar al Presidente que estamos en democracia y que así como él pretende gobernar e impulsar ciertas reformas, este tipo de decisiones demuestran las razones del rechazo a gran parte de sus intenciones en el Parlamento, y es porque se debe desarrollar un trabajo en conjunto con todos los sectores políticos y sociales, donde todos aporten a la construcción de una propuesta sólida y no impuesta. Y si a esto le sumamos las encuestas, uno no puede no ser escéptico y ver en esta maniobra un interés de subir en la percepción ciudadana. Se sabe que la seguridad “vende” estratégicamente y para algunos puede ser una movida de las piezas del ajedrez que puede terminar en algo no muy positivo.
Por último, debemos controlar y fiscalizar el porte de armas de los integrantes de las FFAA, ya hemos tenido varias situaciones lamentable sobre todo para el ejército, recordar el episodio de Iquique hace unos meses, por lo tanto se deben generar las instancias y evaluaciones pertinentes al personal, siempre buscando lo mejor para nuestras instituciones armadas y el bien de Chile.
José Ignacio Avello Ortiz
SECRETARÍA NACIONAL DE DEFENSA PPD