El pasado lunes, luego de 17 meses de gobierno, se realizó el esperado Cónclave de la Nueva Mayoría. Los más pesimistas hablaban del regreso a la Concertación, la democracia pactada con lógica de acuerdos de por medio. A mi entender, tras la cita las nuevas generaciones – territorio en el cual fijo domicilio político- pueden respirar aliviadas: la Nueva Mayoría surge robusta en fondo y forma.
Nuestra coalición vive hoy una crisis compleja, por ello se torna central apelar a un momento de unidad entre las visiones y ceder en pos de un diálogo fecundo sumado a una mirada estrategia de mediano plazo. Los desafíos que se avizoran no son pocos para los timoneles de la NM, por ejemplo al PDC le toca lidiar con la discusión respecto el aborto; al PC le toca un arduo debate hacia “adentro” respecto la AC y el debate en torno a las reformas laborales; y así suma y sigue. Si este escenario no es comprendido de manera integral en los partidos, las divisiones y tensiones continuarán mermando las confianzas y se irá desdibujando la posibilidad cierta de tornar los anhelos de campañas en hechos ciertos y obras palpables. En definitiva, está en juego la promesa de un Chile distinto.
Meses atrás, cuando nuestra Presidenta decidió ser candidata, en el ya épico discurso de El Bosque, usó una frase de Benedetti: “Siempre se vuelve a la Patria”. Hoy la patria política de la presidenta es la NM y esto se reafirmó con el cónclave. Si hasta el domingo La Moneda tenía una sola llave, post cita tiene 7. Los partidos de la NM así lo deben sentir, con responsabilidad, compromiso y convicción. No confundir solo con poder político, lo importante hoy es la gestión, para ello todos los cuadros partidarios deben estar en disposición de hacer un buen gobierno con alto compromiso ciudadano.
El nuevo rol de los partidos en esta segunda etapa es complejo, ya que se debe garantizar cohesión. Sabemos, los que estamos cercanos a los partidos, las diferencias de fuerzas que existen al interior de éstos, y de este modo el desafío primero se traslada a los líderes de cada conglomerado; ellos deben ser capaces de garantizar unidad en cada una de los territorios de la Nueva Mayoría.
Debemos ser intransigentes con las deslealtades al interior de la NM. No podemos aceptar que continúen los ataques de parlamentarios a sus compañeros de partido o de coalición, no podemos seguir contaminando el escenario político. Hoy los partidos deben cerrar filas, depurar los liderazgos. Le pedimos a nuestros militantes que conforman ese 26% que defendamos a pie firme el Chile de Todos, agradecemos su lealtad y compromiso, y este es el modo que debe inspirar a nuestros líderes. Hoy no hay espacio para más desinteligencias internas.
En los tiempos que corren, los partidos de la NM deben llenar sus filas de energía, trasparencia, dialogo y trabajo, no podemos permitirnos más traspiés. Esta nueva coalición gobernante posee liderazgos sólidos y responsables, son ellos los que hoy deben contribuir en este segundo tiempo; debemos eliminar el fuego amigo y concentrarnos en el país, en sus necesidades y anhelos; cuidemos las lealtades, tengamos la capacidad de ceder una y mil veces si es necesario para avanzar en la construcción del Nuevo Chile; reconozcamos el trabajo de muchos: Alcaldes, Concejales, Cores, dirigentes nacionales, regionales, comunales. A ellos, ahora más que nunca, no les podemos fallar, a ellos que en el cotidiano deben emprender banderas de lucha en climas adversos estrechémosle una mano, extendámosle soluciones realistas y en breve plazo, a su vez, tengamos la humildad de reconocerles sus lealtades y entereza en tiempos difíciles.
Para finalizar, y como apunte personal, como PPD debemos asumir el trabajoso desafío de ordenar nuestras filas, apoyar a nuestros compañeros y compañeras que hoy hacen buen gobierno, no debemos caer en la tentación de fraguar en oscuros laberintos aventuras personales, ya vendrán los tiempos de competencia donde cada uno podrá demostrar sus capacidades y logros. Lo inmediato nos exige trabajar por un Chile justo, la nueva política nos señala el camino con claridad: liderazgo, dirección y conducción, este es nuestro norte, la coordenadas están claras, el timón firme, y aunque el humo de la historia nos sea adverso, no claudicaremos: los sueños de un mejor país están en el horizonte, y hacia allá nos dirigimos, sin prisa, aunque sin pausa.
Por Amauri Quilaleo Valencia, Secretario General Nacional JPPD